Ley Celaá
Ayuso pedirá amparo a Europa contra el adoctrinamiento de los libros de texto
Casi 200 inspectores revisarán de manera “pormenorizada y urgente” los contenidos de los libros de texto para el próximo curso
La cruzada de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, contra la ley educativa impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez traspasa ya fronteras. Y es que está dispuesta a recurrir a las instituciones europeas ante lo que considera una situación de “menoscabo” para los alumnos por el contenido adoctrinados de algunos libros de texto que se están editando con toda la carga ideológica que lleva el currículo de la Lomloe, según se ha denunciado en distintas ocasiones. También acudirá a la Asociación Nacional de Editores de libros y material de Enseñanza (ANELE) para abordar cuestiones sobre la edición e impresión de libros.
La Comunidad de Madrid ya ha elaborado y revisado los currículos educativos en la parte que le compete (40%) y ha eliminado los conceptos ideológicos que incluye la nueva ley, pero el desarrollo está aún en tramitación. La falta de tiempo ha llevado a las editoriales a elaborar algunos manuales atendiendo al currículo diseñado por el Gobierno central. Es por esto por lo que Díaz Ayuso ha anunciado que el Gobierno autonómico revisará de “forma pormenorizada y urgente” el contenido de los nuevos libros de texto para el próximo curso 2022/23 a través de un plan especial que llevará a cabo el Servicio de Inspección Educativa autonómico, compuesto por 188 personas. El objetivo es evitar “el adoctrinamiento” en las aulas a través de este material escolar.
“Pretenden cambiar el mundo de Sofía por el mundo de Sánchez a través de la educación. Vamos a trabajar para acabar con el entrenamiento que pretende el Ministerio de Educación hacia todos los niños, especialmente como hemos visto en estos días, con los libros de texto”, ha indicado la presidenta en Jerez de la Frontera.
Así, pretende ordenar a la Inspección educativa la retirada de todos aquellos “que contengan material sectario”, dado que son las administraciones educativas las que deben velar por que el material educativo se ajuste a la ley. Según ha detallado la Comunidad, si tras la inspección, se observa alguna deficiencia en este sentido, “se procederá a solicitar aclaraciones o rectificaciones a los responsables editoriales, sin perjuicio de otras responsabilidades que pudieran incurrir” .
Además, Madrid solicitará formalmente al Ministerio de Educación y Formación Profesional una reunión urgente de la Conferencia sectorial de Educación ante la alarma social generada al conocerse los parte del material escolar que estará en los centros el próximo curso. De hecho, la Comunidad de Madrid ha insistido en la necesidad de retrasar la entrada en vigor de los currículos educativos.
En esa “limpia” de adoctrinamiento, los alumnos de Bachillerato en la Comunidad de Madrid no estudiarán una treintena de conceptos fijados por el Gobierno de Pedro Sánchez, a través del Ministerio de Educación, para la asignatura de Historia. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha eliminado esos conceptos adoctrinadores e ideológicos a través del desarrollo del currículo de Bachillerato que ha llevado a cabo la Consejería de Educación. También párrafos ininteligibles, que algunos han calificado de «pura farfolla». Y no solo en Bachillerato, también en la ESO. El propio consejero de Educación, Enrique Ossorio, ha llegado a ironizar y mofarse de la redacción y de la terminología empleada. «Hay párrafos que yo, como consejero de Educación, no entiendo lo que dicen. No creo que nadie los entienda (...) Por inteligencia artificial les ha salido esto».
En el Gobierno de Díaz Ayuso creen que «es mucho más formativo que los alumnos aprendan en 2º de Bachillerato la historia de los siglos XVII al XIX y las monarquías correspondientes, como la de los Austrias y la de los Borbones, para comprender mejor la historia contemporánea, que cuestiones más relacionadas con otros ámbitos del currículo tales como “la emergencia climática” o “la pluralidad identitaria” o “actitudes esenciales éticas antes del siglo XXI».
Así, ha suprimido todo lo relativo a la perspectiva de género en la que tanto se insiste en el currículo diseñado por Pilar Alegría, como las «fuentes literarias y artísticas en los estudios de género, roles de género», o «estudiar de forma diacrónica el papel que tiene la mujer»...
También se elimina todo lo relativo a la memoria histórica y democrática como un reconocimiento a los movimientos en favor de la libertad en la historia contemporánea, lo mismo que lo relativo a las identidades nacionales y regionales como una identidad que «más interés despierta en la actualidad y que más tensión ha provocado en la sociedad española en las últimas décadas».
El recorte alcanza a todo lo relativo al comportamiento ecosocial «como un principio inexcusable de la humanidad, tanto para afrontar la emergencia climática como para alcanzar los niveles mínimos de justicia social». Así quedan borradas del currículo cuestiones como «soluciones coherentes con la ética y el compromiso con la sostenibilidad».
En el ámbito puramente histórico la tijera alcanza a otros conceptos abordados en extensión en el currículo del Ministerio, como es la II República, sus grandes reformas estructurales o el proceso reformista y democratizador.
El Ministerio pretendía que esta etapa de la historia se estudiase a fondo «por su interés, su significación histórica y el intenso debate social que suscita». Proponía que los profesores repararan en «las reacciones antidemocráticas que se generaron ante su avance y el golpe de Estado que supuso su fin». Los alumnos también debían estudiar el «trauma» del franquismo.
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