Fauna

Madrid busca ubicación para reintroducir el lince

La Comunidad baraja como lugares idóneos la cuenca alta del Manzanares y zonas de especial conservación

Ejemplar de lince Ibérico
Ejemplar de lince IbéricoJorge CazenaveCC BY-SA

El lince ibérico figura en el libro rojo de todas las especies. Es el felino más amenazado del mundo. En España no hay más de 1.300 ejemplares que se reparten por Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Comunidad Valenciana. Ahora es el turno de Madrid, que busca los emplazamientos más adecuados para que pueda reintroducirse y lograr su arraigo.

Así, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura trabaja siguiendo el mismo esquema que utilizó para aumentar las parejas reproductoras de águila imperial, buitre negro o cigüeña negra.

De momento, está estudiando cuáles son los lugares más idóneos para desarrollar la iniciativa, aunque ya se barajan algunas opciones, como son el Parque Regional de la cuenca alta del Manzanares, así como las Zonas de Especial Conservación (ZEC), como podrían ser las de la Cuenca del río Manzanares, o la de los ríos Alberche y Cofío. Medio Ambiente considera que estos territorios serían los convenientes por la tranquilidad que ofrecería para esta especie, ya que cuenta con abundantes poblaciones de conejos para su alimentación y menos interferencias para que puedan asentarse, una de las cuestiones más complicadas.

El proceso que seguiría la Comunidad de Madrid sería similar al de otras autonomías que han apostado por reintroducir esta especie emblemática autóctona de la Península Ibérica. «Los linces se crían en cautividad y se reintroducen en fincas privadas porque el problema para esta especie son las carreteras y en la Comunidad autónoma hay muchas, ya que su mayor peligro es morir atropellados», explica a LA RAZÓN Sol Andrada, directora de la Fundación Amigos Águila Imperial, Lince Ibérico y Espacios Naturales.

«El problema de esta especie es que no ha tenido nunca depredadores y no le tiene miedo a nada, ni siquiera a los coches. La fauna tiene miedo a las carreteras, pero los linces no. Sin embargo, el atropello de un lince es una noticia difícil de gestionar», añade la responsable de la Fundación.

Ahora lo complicado es buscar los lugares idóneos para su reintroducción. «No es lo mismo Castilla-La Mancha y Extremadura que Madrid, que tiene muchas carreteras. Y lo difícil es que las parejas que se crían en cautividad se asienten en la Comunidad porque ha ocurrido que linces que se reintrodujeron en Andalucía, han sido encontrados en el País Vasco».

Así, sería necesario que se encontrase un lugar adecuado para esta especie en extinción en el que pudiese encontrar tranquilidad, una población de conejos suficiente con la que alimentarse, y refugio adecuado porque «no puedes reintroducirlos en la Casa de Campo, donde pasan continuamente bicicletas».

Así, conseguir que el lince se asiente en la Comunidad de Madrid se ha convertido en un reto para el Ejecutivo autonómico. De hecho, fue uno de los compromisos de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, tal y como anunció en el Debate del Estado de la Región.