Historia
El Alto del León, camino de entrada (y salida) de Madrid
Una revolucionaria infraestructura, clave en la comunicación de la capital con el norte de España
Las comunicaciones fueron -y son- clave en el desarrollo de los pueblos. Para una capital como Madrid, cruce de caminos, alejada de grandes ríos de navegación, lo es todo. En ese sentido, la Ilustración y los cambios que con ella llegaron fueron clave en un espacio, como es la comunicación con el norte de la Península para la organización administrativa y de gestión de España. La orografía de la Sierra de Madrid no fue, precisamente, aliada en este cometido. De ahí que el denominado Alto del León tenga una importancia capital, culminando el Puerto de Guadarrama, en el límite de Segovia con la Comunidad de Madrid, a 1.511 metros de altitud.
Allá por el reinado de Fernando VI, hacia 1749, se construyó la primera carretera que comunicaba las dos Castillas. Un momento histórico en el que Bernardo Ward, un economista de origen irlandés nacionalizado español, era ministro de Moneda y Comercio e impulsor del proyecto. De aquel momento se conservan restos del antiguo trazado de alamedas, hitos señalizadores, puentes y muros y el monumento en el Alto del León.
Este consiste en un gran pedestal de granito con un león que oprime entre sus zarpas dos globos, símbolo de España y las Indias. En el pedestal se puede leer: «Fernando VI, padre de la Patria, hizo el camino para ambas castillas por encima de los montes, el año de nuestra salvación 1749, IV de su reinado. Se colocó siendo ministro el marqués de la Ensenada para celebrar la apertura del Puerto de Guadarrama».
Se abría así un paso fundamental y de una importancia vital que unía la mitad norte de la península ibérica con la mitad sur, que hasta entonces, se realizaba por el vecino puerto de la Fuenfría en Cercedilla, y posteriormente por el puerto de Navacerrada.
Curiosamente, la denominación de Puerto del León o Puerto de los Leones es mentada sin que todos estén de acuerdo en su denominación. El origen al que algunos aluden parece claro. Y es que durante la Guerra Civil, la sierra de Guadarrama tuvo un alto valor estratégico para la defensa o la toma de Madrid, según la voluntad del bando en cuestión.
Así, en los alrededores del puerto del León, que era como se definía el lugar desde tiempos de Fernando VII, se vivieron muy duros enfrentamientos que terminaron con la toma del ejército comandado por Francisco Franco del alto el 22 de julio de 1936. Meses más tarde cayó el mirador de Cabeza Lijar a favor del bando nacional y se convirtió en el principal observatorio del frente. Un enclave fundamental para la ofensiva sobre la capital.
Finalizada la guerra, los vencedores cambiaron el nombre por el de Alto de los Leones, por la dureza de las batallas que se disputaron. Denominación aplicada por orden del Ministerio de Gobernación firmada por Ramón Serrano Suñer en 1939.
La prisa y la velocidad con la que muchos pasan por el lugar, camino de los túneles que se han abierto en la montaña, ha dejado en el olvido aquellos primeros trabajos llevados a cabo en un momento en que la movilidad era importante, pero no tan capital como hoy en día. Heredero de aquel momento, el ingeniero francés Nagle desarrolló en esta parte de Castilla los conocimientos de la ingeniería de obras públicas puntera en Europa. Así, la carretera incluía muros de contención, aliviaderos de agua, columnas de señalización para orientación en caso de nevadas, y hasta un hermoso paseo para enlazar el puerto con el pueblo de Guadarrama.
Todo para mayor gloria del progreso y la comunicaciones. Todo un avance en las relaciones humanes y comerciales en España que el viejo león contempla impasible desde su atalaya serrana.
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