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Viviendas

Banderas, plantas y ropa: las prohibiciones por las que el Ayuntamiento de Madrid puede multarte

Las sanciones por incumplir la normativa pueden rondar los 750 euros

Plantas en la ventana Pixabay

El auge desmedido del turismo, el crecimiento de la población y otros factores son algunos de los desafíos a los que las ciudades tienen que enfrentarse en pleno siglo XXI. Y es que las consecuencias de estas transformaciones no solamente son económicas o sociales, sino también físicas. En Madrid, por ejemplo, las ordenanzas municipales se han intensificado con el fin de tener una ciudad más limpia.

Desde el ayuntamiento de la capital, el objetivo es simple a más no poder: recordar las medidas que la ciudadanía ha de adoptar y seguirlas al pie de la letra. Entre una de esas ordenanzas se encuentra una relacionada con las ventanas. Aunque no lo parezca, ese hueco por donde entra el aire fresco y la luz del sol puede convertirse de tanto en tanto en un quebradero de cabeza.

Aprender a ser buen vecino

Una de las pautas más importantes de la normativa se trata de no tirar objetos desde los balcones. Esto va más allá de lanzar basura u objetos que no necesitemos, sino de evitar molestar a otros y ensuciar la calle. Por ejemplo, sacudir una alfombra, tirar colillas o dejar que el agua con el que regamos el aguacaiga a la vía pública.

A su vez, las comunidades de vecinos están siendo cada vez más estrictas con los estatutos, en los que pueden figurar normas como no colgar banderas u otros objetos en los balcones. De la misma forma, se puede determinar en cada edificio el aspecto de la fachada: visible, que lleve algún motivo en especial, etc. Todo es importante a la hora de preservar la uniformidad del resultado final.

Las alternativas a la orden del día

En caso de que estas normativas puedan generar algún que otro inconveniente, el consistorio recomienda utilizar tendederos interiores o sistemas que no sobresalgan a la calle. Además, recomienda que cada vecino esté al tanto de las normativas de la comunidad, que pueden llegar a ser más estrictas que las municipales en sí.

El incumplimiento del reglamento podría conllevar multas de hasta 750 euros. La cuantía final a pagar dependerá finalmente del grado de reincidencia, los perjuicios ocasionados y otros elementos a tener en cuenta. La sanción puede imponerse a partir de la denuncia de un único ciudadano o de la observación directa de los agentes municipales.