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Gastronomía

Los cinco templos de la croqueta en Madrid para celebrar su Día Internacional

Aunque su origen es francés, en España la hemos hecho nuestra

Los cinco templos de la croqueta en Madrid para celebrar su Día Internacional cedida

Si hay algo que une a todos los españoles, independientemente de su ideología, equipo de fútbol o gusto musical, es la croqueta. Esa pequeña obra maestra de la gastronomía que, bien hecha, roza lo celestial, y mal hecha... bueno, mejor no hablemos de esas croquetas que parecen balas de goma o misteriosas amalgamas de ingredientes de dudosa procedencia. El 16 de enero, Día Internacional de la Croqueta, es el momento perfecto para rendir homenaje a este bocado que, como dice el dicho, "siempre entra".

¿Pero de dónde viene esta devoción croquetera? Aunque su origen es francés, como su nombre lo indica —de la palabra croquer, que significa crujir—, en España la hemos adoptado como nuestra, con esa capacidad inigualable de rellenarla de lo que se nos ocurra: desde el clásico jamón hasta innovaciones que harían palidecer a un chef de tres estrellas. La croqueta es ese comodín culinario que salva cenas, conquista paladares y, por qué no, provoca acaloradas discusiones familiares sobre si las mejores son las de la abuela o las del bar de la esquina.

Y, ya que estamos, Madrid no iba a ser menos en esta fiesta de la bechamel frita. Si es de los que no perdonan una croqueta o simplemente quiere salir a celebrarlo, aquí le traigo cinco sitios donde rendir pleitesía al crujiente arte.

Beata Pasta

En plena glorieta de Bilbao, Beata Pasta, el segundo restaurante madrileño del chef napolitano Ciro Cristiano y su equipo de Baldoria, es mucho más que un templo de la pasta fresca. Este pasta bar, que mezcla artesanía, pasión y un toque fresco y actual, es una declaración de amor a las recetas genuinas del sur de Italia. Aunque su carta está dominada por la pasta hecha al momento, sus croquetas Cacio & Tartufo bien merecen una mención especial. Estas pequeñas maravillas combinan bechamel, salsa de trufa de los Abruzos, pecorino Romano, cebollino y lardo rosa di Gombitelli; el equilibrio perfecto entre cremosidad y sabor intenso. Un guiño a Italia que brilla en un menú pensado para compartir, socializar y disfrutar.

Sa Marinada

En pleno barrio de Almagro, Sa Marinada trae a Madrid la cocina ampurdanesa en su forma más pura, y lo hace con un bocado que resume su esencia: sus croquetas de gamba roja con romesco. Estas maravillas, coronadas con gambas frescas de Palamós, no son solo una croqueta; son un viaje directo al Mediterráneo, donde cada ingrediente habla de mar y tradición. Este restaurante, que se presenta como una ventana abierta a la Costa Brava, combina en su carta pescado y marisco de primera calidad con los pilares agroalimentarios de su tierra: aceite, vino y cava. Sin embargo, es en esa croqueta donde el Ampurdán muestra todo su potencial: cremosidad, intensidad y un guiño a los sabores que definen la región.

La Bien Aparecida

Ubicado en la sofisticada calle Jorge Juan, corazón culinario del barrio de Salamanca, La Bien Aparecida es el buque insignia del Grupo Cañadío, un restaurante que desde su apertura en 2015 ha sido sinónimo de elegancia, técnica y respeto por la tradición. Con Paco Quirós y Carlos Crespo al frente, y el chef José Manuel de Dios liderando la cocina, este establecimiento ofrece una propuesta que fusiona la esencia de la gastronomía cántabra con un enfoque moderno y una ejecución impecable. En el marco del Día Internacional de la Croqueta, es imposible no mencionar su versión de este clásico: las Croquetas de huevo cocido y lacón. Elaboradas con la precisión que caracteriza a la cocina de José Manuel de Dios, estas croquetas destacan por su textura cremosa y un sabor que evoca los sabores más tradicionales del norte de España. El lacón, jugoso y ligeramente ahumado, se combina con la delicadeza del huevo cocido en una bechamel perfectamente ligada, que se funde en cada bocado.

Knight Square

Hay lugares que no solo sirven comida, sino que cuentan historias. Knight Squire, o "el Nait", como lo llaman cariñosamente sus fieles desde 1967, es uno de ellos. Esta legendaria hamburguesería, la primera de Madrid, ha sabido conservar su espíritu bohemio y canalla a lo largo de los años, convirtiéndose en un punto de encuentro para generaciones que han disfrutado de sus perritos gigantes, hamburguesas clásicas y su ambiente único, decorado con cientos de objetos de coleccionista que cuentan su propia historia. Aunque su fama se debe a sus icónicas baconburguesas y chorizoburguesas, el Nait también tiene espacio para un clásico que nunca falla: las croquetas. En su carta se encuentran dos opciones que son un guiño a su alma gamberra y desenfadada: las croquetas de jamón ibérico, cremosas y llenas de sabor, y las croquetas de bacon y cheddar, una combinación que captura la esencia de los clásicos americanos que siempre han estado presentes en este emblemático local. Con una bechamel perfectamente elaborada y un rebozado crujiente, estas croquetas son una parada obligada para cualquier amante de los sabores contundentes y nostálgicos.

El Jardín del InterContinental

En un entorno tan elegante como el que ofrece El Jardín del InterContinental, no sorprende que incluso un plato tan humilde como la croqueta alcance niveles de sofisticación insospechados. Este restaurante, enclavado en uno de los hoteles más emblemáticos de Madrid y liderado por el chef Miguel de la Fuente, se ha consolidado como un espacio donde la cocina española de autor encuentra guiños internacionales que enriquecen su propuesta sin perder de vista la tradición. Para celebrar el Día Internacional de la Croqueta, pocas opciones resultan tan evocadoras como sus croquetas melosas de carabineros con kewpie, nori y tobiko wasabi. En ellas, la melosidad y profundidad marina de los carabineros se funden con sabores y texturas que evocan horizontes más lejanos, como el crujiente nori y el sutil toque picante del tobiko wasabi.

Después de recorrer algunos de los templos croqueteros más destacados de Madrid, queda claro que la capital tiene mucho que ofrecer a los amantes de este bocado icónico. Desde versiones clásicas que abrazan la tradición hasta reinterpretaciones llenas de creatividad, hay una croqueta para cada gusto. Aproveche el 16 de enero como la excusa perfecta para rendir homenaje a este manjar y embarcarse en una ruta que promete más de una sorpresa. Al fin y al cabo, ¿quién podría resistirse a un plan así?