Urbanismo

Los dos edificios madrileños que suman más de un siglo y que se convertirán en hoteles

Dos inmuebles del distrito de Centro, Prado 24 y Gran Vía 76, este último inaugurado en los años treinta del siglo XX, son objeto de planes especiales

Imagen de la Gran Vía de Madrid
Edificio de Gran Vía 76 que se convertirá en un nuevo Hotel.Jesús G. FeriaLa Razón

Dos edificios, en sendas calles emblemáticas de Madrid, uno nonagenario, otro rondando los sesenta años, tendrán una nueva vida. Un uso hasta ahora inédito en sus respectivas décadas de existencia. Gran Vía 76 y Prado 24 han sido objeto de planes especiales independientes por parte del Ayuntamiento de Madrid. Actualmente, ambos proyectos se encuentran inmersos en el trámite de información pública para la presentación de posibles alegaciones. El objetivo, en todo caso, es compartido: que estos edificios, que suman alrededor de un siglo y medio de historia, se conviertan en hoteles.

La Gran Vía empieza a estar plagada de edificios casi centenarios. Algo lógico, teniendo en cuenta que el tercer y último tramo de la gran avenida madrileña culminó en 1930. Ese fue el año precisamente en el que se proyectó, entre otros, el edificio que actualmente hay en el número 76. Un espacio ocupado antaño por el antiguo mercado de los Mostenses, de mediados del XIX, que sería derribado antes de acabar el siglo. En sus orígenes, en 1933, el inmueble acogió el cine Velussia, cambiando poco después su nombre a cine Azul. La sala aguantó hasta el año 2005, momento en el cual, y como aún se puede ver hoy, fue ocupado por una cadena de comida americana. Ahora, en estos años veinte del siglo XXI, Gran Vía 76 ya tiene un nuevo uso: por primera vez, será un hotel.

En su caso, el edificio es propiedad de la compañía hotelera Bicon Capital. Y el reto, transformar su uso a hospedaje pero respetando el nivel de protección con el que cuentan sus fachadas, los patios y núcleos de comunicaciones que deben ser restaurados de forma obligatoria. Como se especifica en el Plan, se trata de «intervenciones puntuales» para una «mejor adaptación a las circunstancias históricas y estéticas» del inmueble.

Así, en la actualidad, Gran Vía 76 cuenta con dos accesos: uno en la célebre avenida, y otro secundario, en la calle General Mitre. Según se señala en la memoria, el basamento y la zona de acceso principal han sufrido diversas modificaciones a lo largo del tiempo, sometiéndose a diferentes intervenciones para dar cabida a las demandas de cada local en planta baja. Esto ha supuesto una alteración del trazado de la portada principal y del portal interior, reduciéndose el tamaño y relegando la composición arquitectónica de la fachada principal. Por eso, en la intervención se propone una integración arquitectónica de ambas partes del edificio, tratándose a nivel compositivo como una única unidad y «dignificando» el acceso al inmueble.

210 euros por habitación

De acuerdo a la memoria económica, los costes de desarrollo del proyecto superarían los once millones de euros, costeados por la empresa hotelera. Del mismo modo, los trabajos abarcarían alrededor de dos años. Pasado ese periodo, se estima que el periodo de recuperación de la inversión y amortización estaría en torno a los cuatro años, gracias a un coste promedio de 210 euros por habitación doble.

La memoria descriptiva del proyecto da una idea de cómo quedará distribuido el futuro hotel. Desde la planta segunda a la octava se encontrarán las habitaciones alrededor de los patios y las fachadas existentes, configurándose recorridos de evacuación adecuados a la normativa de aplicación. En la planta novena se instalará la zona de restauración del hotel, con diferentes zonas interiores y exteriores, cocina y aseos de clientes, además de algún almacén y zona de instalaciones. Por último, en la planta ático se desarrollará un uso de cubierta asociado a la actividad hotelera, un uso de esparcimiento, comunicaciones verticales e instalaciones. Adicionalmente se mantendrá un perímetro exterior respecto a la fachada original con una zona descubierta con terraza y solárium.

66 plazas

El documento perteneciente al «control urbanístico ambiental», hace referencia a las plazas de aparcamiento que le corresponden al establecimiento. El número asignado al edificio es una plaza por cada 100 metros cuadrados construidos, lo que significa 66 plazas en el futuro uso de Hospedaje.

Unos pasos similares podría seguir el edificio situado en el 24 del Paseo del Prado, en pleno barrio de Cortes, y que actualmente pertenece a la ONCE. En su caso, el inmueble fue proyectado en 1964 y construido completamente en 1966. El proyecto, liderado por el grupo Ilunion –rama empresarial y hotelera perteneciente a la organización de invidentes– pretende ahora cambiar el uso del patio de manzana del edificio, actualmente Terciario de Oficinas, para convertirlo enteramente en Hospedaje.

Para llevar a cabo esta adecuación, serán necesarias algunas reformas. Por ejemplo, la reestructuración y eliminación de las escaleras actuales de incendios, edificando dos nuevas escaleras, una en la zona oeste de la planta y otra en la zona este de la planta, comunicando asimismo la planta de sótano segundo hasta planta ático. También se prevé la demolición parcial de la edificación en su parte trasera, en planta primera y planta baja, con objeto de la recuperación del jardín del palacio histórico. Por último, la propuesta contempla dos nuevas salidas del inmueble que mejoren la evacuación del edificio en caso de incendio, elevando el número de salidas a tres.

La memoria también proyecta cómo será la distribución del hotel. El sótano primero está dotado de área de carga y descarga. La cubierta de dicho sótano constituirá el espacio de jardín del inmueble, mediante una cubierta con una capa vegetal de 0,80 metros. En la planta baja se dispondrá la recepción, el lobby, los aseos de clientes y zonas de servicio, restaurante-bar, área de Coffe break, despachos, salas de reuniones y cocina. Las habitaciones se dispondrán desde la planta primera a la quinta.

Se prevé una dotación aproximada de unas 24 habitaciones dobles por planta, sumando un total de 116, así como cuartos de servicio para el funcionamiento hotelero.

Un patio histórico

En este caso, en los informes urbanísticos se subraya el entorno en el que se levantará el futuro hotel, especialmente sensible. Y es que, en las zonas aledañas, se encuentra el Ateneo de Madrid, Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento; el Recinto Histórico de la zona, Bien de Interés Cultural en la categoría de Zonas de Protección Arqueológica; el Recinto Villa de Madrid, Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico: y el Museo Lope de Vega, Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento: Museo de Lope de Vega.

Del mismo modo, se hace referencia al emplazamiento anterior al edificio: un palacio que se encontraba allí entre los años cuarenta y cincuenta del siglo XX. Concretamente, el Palacio los condes de San Jorge, que fue la primera sede de la Sociedad de Autores, germen de la actual SGAE. Lo único que sobrevivió de aquel palacio fue un patio de jardín. Por ello, el Plan Especial propone la recuperación de dicho patio, conservando su configuración geométrica y adaptándolo a sus usos contemporáneos, sin comprometer en ningún aspecto arquitectónico la estabilidad del mismo. Para lograrlo, se buscará un «generación de espacios verdes» en diferentes cotas de la edificación, se modificará parte de la volumetría edificatoria afectada por el patio de para lograr la liberación visual del espacio mediante un gran patio en planta baja, y se mantendrá el forjado al nivel del estado actual, incorporando al menos 0,8 metros de capa vegetal.

De este modo, de los escasos 44 metros cuadrados de los que consta el patio, se pretenden liberar ahora más de 234, prescindiendo de parte de la de edificación existente en la actualidad. Así, «se conseguirá dotar de continuidad paisajística al inmueble con las zonas colindantes» que, como ya se ha reseñado, presentan un alto grado de protección patrimonial.

En su caso, el coste total de desarrollo del proyecto supera los 20 millones de euros. A un precio que estará en torno a los 190 euros por habitación doble, se estima que el retorno de la inversión podría materializarse en un periodo de tres años.