SUMMA

El drama de la DANA: «La niña no era consciente de que podía haber perdido a su familia»

Miembros del Summa describen a LA RAZÓN el dispositivo activado desde el lunes y la asistencia a los supervivientes rescatados

«Lo primero que hicimos fue asegurarnos de que no había heridos. La siguiente preocupación fue ocupada por las zonas más aisladas, como el Barrio de la Estación de Villamanta. Desde allí nos informaron de que había personas mayores que necesitaban medicación y un niño diabético que no disponía de alimentos. Los bomberos nos permitieron vadear el río y alcanzar a los damnificados. Aunque no existe un protocolo predeterminado, se actuó con máxima eficacia», cuenta Aída, miembro del Summa que colaboró en las labores de emergencia desplegadas desde el pasado lunes en la zona cero de DANA en la Comunidad de Madrid.

«Cuando nos acercábamos por la carretera se veía todo arrasado por el agua. Era desolador. Y a medida que te acercabas veías más destrozos. Pero también me impresionó la cantidad de gente que ayudaba», describe aún conmocionada esta supervisora de guardia. Sin embargo, se queda con la calidad humana que presenció a pesar de la magnitud de la catástrofe: «Cuando nos acercamos al Barrio de la Estación fue realmente emocionante. Llevaban horas incomunicados y estaban realmente agradecidos ante las primeras unidades de apoyo que llegaban a la zona».

En el desarrollo de este servicio adicional a su labor habitual, la sanitaria aclara que la mayoría de problemas eran de cuestión de abastecimiento. «Al tratarse de un municipio que muchos utilizan como segunda residencia en sus últimos días de vacaciones, varias familias contaban con los alimentos y medicamentos justos, sin haber podido imaginar una catástrofe así», comparte Aída. También apunta que la empresa hostelera Viena Capellanes estuvo enviando menús desde primera hora de la tarde, aunque lo primero que se pudo distribuir fueron piezas de fruta y bocadillos. «La gente del pueblo (zona menos afectada) también preparó comida de emergencia por si fuese necesario», recuerda.

Aunque estos profesionales cuentan con formación en «comunicación de malas noticias y herramientas de gestión emocional», Aída reconoce que le sorprendió la gran actitud que mostraron, a pesar del evidente agotamiento que ya acumulaban. Con la desolación ante sus ojos y tras haberlo perdido todo, aún conservaban optimismo y fuerza para ofrecer su ayuda a los vecinos con menos recursos. La prioridad se concentró en ayudar a los ciudadanos más mayores y localizar a los familiares.

Prevenir es vivir

Al igual que su compañera, Sara Navarro también estuvo en la zona cero durante las primeras horas tras la catástrofe. De hecho, ella fue en el primer convoy dirigido a las zonas aisladas. «Participé en el puesto de mando avanzado que coordinamos de emergencia, con dotaciones de bomberos y policía. Incluso, trabajamos junto a equipos de Castilla-La Mancha para estudiar las mejores vías de acceso». Aunque la noche cerrada no garantizó las condiciones necesarias para intensificar las labores de búsqueda de los desaparecidos, Sara sí pudo atender a la hija del hombre que aún permanece desaparecido. «Ella fue localizada junto a la base de bomberos de Villa del Prado y pude evaluarla. Fue capaz de bajarse del coche a tiempo, antes de que la corriente terminara de arroyarlo por completo». Sobre el estado en el que fue encontrada la pequeña, asegura que «estaba tan desubicada que no era consciente de que podía haber perdido a toda su familia. Quizá estuviese atravesando la primera fase de negación y evitando preguntar lo que su subconsciente temía». En cuanto pudieron, la pusieron en contacto con su madre y su hermano fue rescatado horas después.

Como miembro del Summa, Sara aclara un «malentendido» que se suele dar en este tipo de casos: «A veces cuestionan la toma de decisiones sobre el hospital al que derivamos a los heridos. Nuestra única prioridad es que el damnificado sufra la menor cantidad de traslados posible, procurando conducirle al centro definitivo que cuente con mayores garantías y recursos para intervenirle con éxito». Así, explica que los heridos graves en estos municipios se deriven al Hospital Rey Juan Carlos.

A Sara le ha resultado inevitable recordar los estragos que causaba Filomena hace unos años. A pesar sus consecuencias, asegura que sentó un precedente importante: «Creo que aquel episodio nos ayudó a ser menos escépticos ante estas situaciones, logrando que esta vez tomemos más precauciones y reaccionemos mejor como sociedad. Siempre cuesta mucho convencernos de que la prevención puede salvar vidas, mientras preferimos pensar que los medios de comunicación exageran. Así reflexiona sobre la importancia de gestionar adecuadamente estas alertas «para que nunca pierdan credibilidad entre la población».

El dispositivo de búsqueda integrado por el Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) y otros equipos de emergencias, se suspendía ayer sin encontrar «ningún indicio». Hoy se prevé la llegada de maquinaria pesada para ir retirando montones de acumulaciones vegetales y tierra donde marquen los perros de búsqueda.