Emprendimiento

Ellas emprenden: talento, tesón y creatividad en el Día de la Mujer Emprendedora

La Comunidad de Madrid bate récord de mujeres autónomas, pero la financiación, la burocracia y la conciliación siguen siendo barreras

Beatriz Poncet, fundadora y directora de Neuremik
Beatriz Poncet, fundadora y directora de NeuremikCedida

El próximo 19 de noviembre, Día Internacional de la Mujer Emprendedora, es una ocasión perfecta para mirar alrededor y reconocer la energía creciente de las mujeres que deciden crear, innovar y liderar sus propios proyectos. En la Comunidad de Madrid, esa energía se traduce en más de 162.300 mujeres autónomas, una cifra histórica que equivale al 37,3 % del empleo por cuenta propia en la región. Y no es un caso aislado. Según el «Estudio sobre Emprendimiento Femenino en la Comunidad de Madrid», elaborado por la Dirección General de la Mujer, más de 156.500 mujeres están dadas de alta como autónomas en la Seguridad Social. Pese al crecimiento, afloran también obstáculos persistentes. Un informe de INCIBE muestra que la brecha de género sigue siendo notable en el emprendimiento consolidado: solo el 3,3 % de las mujeres mantienen empresas con más de 3,5 años de vida, frente al 7,1 % de los hombres.

A nivel nacional, el Observatorio W Startup Community y el informe GEM 2023-2024 recogen que la tasa de actividad emprendedora reciente entre mujeres se sitúa en el 6,1 %, y que el 10,9 % tiene intención de emprender en los próximos tres años. Las barreras más repetidas son claras: financiación limitada, falta de redes de contacto, conocimientos especializados y las exigencias derivadas de los roles de género. La financiación es uno de los retos más palpables. Según un reportaje reciente, el 62 % de los proyectos liderados por mujeres dependen de familiares o amigos, por la dificultad de acceder a crédito bancario o capital riesgo. En paralelo, el Ayuntamiento de Madrid ha destinado casi 195.000 euros a programas de formación y apoyo a mujeres emprendedoras. Y proyectos como Impulso Digital, de la Fundación máshumano, han formado a más de 600 mujeres en competencias digitales, reforzando autonomía y oportunidades.

Pero detrás de los datos hay historias. Historias de mujeres que abren puertas donde no las hay, que arriesgan, que tropiezan, que vuelven a empezar. Historias de determinación, de pasión y de mucho trabajo invisible. Cuatro de ellas son Beatriz Poncet, fundadora de la clínica de neurorehabilitación Neuremik; Laura Lesain, creadora de la firma artesanal Lesain; y el equipo de KOOPS, una marca madrileña que combina ciencia, moda y comunidad digital en el calzado barefoot. Sus trayectorias, muy distintas entre sí, muestran la diversidad del emprendimiento femenino en la región.

«Lo más difícil han sido las trabas burocráticas», asegura Beatriz Poncet, fundadora de Neuremik. Poncet lo resume rápido: «Al final he sido autónoma siempre». Desde que terminó Fisioterapia hace diez años, ha trabajado por cuenta propia porque,como bien explica, «la fisioterapia por cuenta ajena está bastante mal pagada». Su gran salto llegó en octubre de 2024, cuando abrió Neuremik, una clínica especializada en neurorehabilitación —ictus, esclerosis múltiple, párkinson— y fisioterapia traumatológica. La idea llevaba tiempo rondándole: atendía a domicilio, pero quería ofrecer un espacio propio donde poder disponer de más recursos y herramientas. «Decidí montar mi propia clínica porque así podía darles una atención más personalizada».

Los inicios, sin embargo, fueron complicados. «Contábamos con mes y medio para abrir y al final fueron tres. Lo más complicado sin duda han sido las trabas burocráticas». Permisos, inspecciones, obras, adaptaciones sanitarias… La lista era interminable. Aun así, el resultado ha merecido la pena. Neuremik es la única clínica de Madrid que ofrece Recoverix, un sistema de rehabilitación basado en una interfaz cerebro-ordenador. «Funciona con un casco de encefalograma. El cerebro aprende a base de acierto y error: cuando el paciente realiza bien la tarea, recibe un estímulo eléctrico; cuando no, no», cuenta a este periódico.

Ahora su reto es dar a conocer esta tecnología innovadora. Pese a todo, Beatriz lo tiene claro: «Que se animen. Si alguien tiene el sueño o la ilusión de hacer algo, que lo haga. Aunque haya trabas, siempre merece la pena». Y lanza un mensaje directo a las instituciones: «Deberían facilitarnos mucho más las cosas. La información es escasa y no te ponen facilidades».

Laura Lesain, fundadora de Lesain
Laura Lesain, fundadora de LesainJavier Bravo

La trayectoria de Laura Lesain es distinta, pero igual de valiente. Tras años trabajando como arquitecta e interiorista, sintió la necesidad de crear un proyecto propio, íntimo, que expresara su mirada sobre el diseño. «Para mí un diseño debe tener un porqué, contar una historia y estar bien hecho», cuenta a este periódico. Así nació Lesain, su firma de lámparas artesanales inspiradas en obras de arte contemporáneo. «Una lámpara es como una escultura que tiene la virtud de iluminarse a sí misma». Una de sus piezas más destacadas, Margit, rinde homenaje a «El beso» de Brâncusi, cuya fuerza y sencillez reinterpretó en piedra caliza y curvas suaves: «Pretendo que cada lámpara tenga una historia. No solo está ahí: significa algo». Además, defiende con pasión la artesanía española: «Tenemos buenísimos artesanos y muchas veces no les dejamos trabajar como saben. Para mí era primordial recurrir a ellos».

El salto lo dio a finales de 2023, en pleno torbellino familiar: «Tenía dos niños muy pequeños y fue difícil decidirme. Pero puedo organizar mi tiempo. Mi trabajo es mi pasión». Hoy, ya con tres hijos, asegura que emprender le ha permitido vivir la maternidad de otra manera. En menos de dos años, sus lámparas han viajado mucho más lejos de lo que imaginaba: «Ahora vendo también en Francia, Inglaterra, Emiratos Árabes, República Dominicana, Bahamas…», cuenta.

Aunque lo que más la emociona ocurre en distancias cortas: «Cuando le cuento a un cliente la historia detrás de la lámpara y pone esa sonrisa de sorpresa… eso es lo más gratificante». Para ella, lo más difícil fue decidirse: «Siempre hay miedos, pero merece la pena llegar a tus objetivos y cumplir tus sueños».

Paloma y Sofia Vega-Penichet
Paloma y Sofia Vega-Penichet Cedida

El tercer proyecto es muy distinto, pero igual de revelador: KOOPS, una marca madrileña que une salud podológica, diseño y moda a través del calzado barefoot, respetuoso con el pie. La idea nació de una necesidad personal y familiar: «El punto de partida fue la necesidad de emprender aportando valor, y descubrimos el barefoot gracias a una familia de altos que sufrían dolores de pies», explican Sofía y PalomaVega-Penichet, sus fundadoras. Encontraron así una forma de combinar bienestar con atractivo estético: «Aportamos valor desde el lado wellness, haciéndolo deseable desde el diseño y la moda, algo clave para expandir el barefoot».

Las motivaciones de sus fundadoras son distintas, pero complementarias. «Toda mi experiencia laboral ha sido en el sector del calzado. Es de sentido común que los zapatos se adapten a nuestros pies, y no al revés», asegura Sofía. Para Paloma: «Como ingeniera, toda la tecnología aplicada a este tipo de calzado me llamó la atención desde el inicio». Faltaba un elemento esencial. «Nos faltaba la fuente de conocimiento, y nadie mejor que Neus. Es pionera en difundir el barefoot y sus beneficios». Trabajar con Neus, podóloga, les permite acceder a datos reales, estar al día de lo que sucede en personas reales y realizar estudios propios. En cuanto al diseño, trabajan mano a mano con JL, su diseñador de referencia. «Diseñamos internamente con JL, un maestro para nosotras. Su visión se alinea con nuestro nuevo enfoque de marca».

La inspiración nace del propio barefoot: «La sensibilidad, la presencia, la conexión con uno mismo al sentir el suelo. Llevado al día a día en la ciudad». Su nueva etapa, que presentarán en diciembre, marcará «el inicio de algo prometedor». KOOPS nació en Madrid, donde crecieron Sofía y Paloma. «El proceso inicial fue muy personal, mucho más inocente y manual. Ahora contamos con equipos especializados y nos dirigimos también al público adulto». A corto plazo, lo tienen claro: «Producto, producto y más producto. Y calidad en el servicio. A medio, 2026 será un año de descubrimiento en nuevos mercados». Lejos de verlo como un nicho, su trabajo lo ven de sentido común. «Venimos a cambiar las reglas del juego».

Mientras Madrid alcanza cifras récord de mujeres autónomas, su ejemplo recuerda que emprender es mucho más que un modelo de negocio: es superación, trabajo silencioso, creatividad, equilibrio emocional y, sobre todo, valor. Y en este Día Internacional de la Mujer Emprendedora, sus historias demuestran que no solo hay talento: hay futuro.