La Semana

El intento de destrucción de Ayuso hunde al PSOE y devasta a la izquierda en Madrid

Los socialistas aún tienen un camino tortuoso hasta poner orden en sus filas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "entrevista" al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas (no visible en la foto), en la segunda sesión de trabajo del formato de precampaña impulsado por el PSOE para difundir la gestión del Ejecutivo, este jueves en Madrid.
El presidente del Gobierno, Pedro SánchezEVA ERCOLANESEPSOE

La semana de infarto en la política madrileña ha terminado con el hundimiento de la izquierda en Madrid. El hasta ahora líder del PSOE, Juan Lobato, ha desatado una crisis extraordinaria tras conocerse que acudió a un notario para dejar constancia de que desde Moncloa le enviaron un documento sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso para que lo utilizara en la Asamblea.

La sucesión de acontecimientos ha terminado con la dimisión de Lobato como secretario general de los socialistas madrileños, su declaración en los Tribunales, el nombramiento de una gestora y la izquierda devastada. La crisis socialista sobreviene cuando Más Madrid, la formación de la ministra Mónica García, todavía no se ha repuesto del caso Errejón. Al principal partido de la oposición le cuesta remontar desde que hace un mes su fundador dimitiera y abandonara la política por acusaciones de acoso sexual. Esta semana, desde la formación se divisa un horizonte aún más alejado de la gobernabilidad en Madrid de la mano de los socialistas.

A la crisis derivada de las denuncias a Íñigo Errejón se une ahora el tsunami socialista. El actual ministro Óscar López, persona de la máxima confianza de Pedro Sánchez, parece ser el elegido para llevar las riendas del PSOE madrileño, que vive uno de los peores momentos de su historia. Es precisamente desde el Gabinete de López desde donde salieron los mensajes sobre la pareja de Ayuso enviados a Lobato, según ha relatado el ex líder madrileño, que ayer declaró en el Supremo al tiempo que su partido se preparaba para celebrar el viernes negro en Sevilla.

Un año y medio después de que el PP arrollara en Madrid, la izquierda se descompone en la región donde Ayuso gobierna con mayoría absolutísima. Manuela Bergerot, portavoz de Más Madrid, y posiblemente Óscar López, actual ministro ascendido por Pedro Sánchez, son quienes se prevé que refloten la formación fundada por Errejón y el PSOE en la Comunidad de Madrid. La primera, opacada por la que durante mucho tiempo fue la cara visible de la oposición madrileña, Mónica García, no consigue enderezar las consecuencias del caso Errejón, que lastran a su partido. El segundo ha quedado tocado después de que Juan Lobato desvelara que fue su jefa de Gabinete quien le envió el documento sobre la pareja de Ayuso.

El propio Óscar López ha repetido esta semana el argumentario del PSOE y, sin salirse del guion, ha pretendido desviar la atención de los hechos relatados por Lobato a la pareja de la presidenta y su entorno.

Las tensiones en el PSOE madrileño han sido constantes desde su formación, pero esta semana Lobato ha convertido en una olla a presión un Congreso Federal que aspiraba al sosiego. En la semana de la reelección de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE, el ruido de sables ha sido atronador en las prietas filas socialistas. El episodio de Lobato ha aflorado las crisis internas en el peor momento para Sánchez: la declaración de Aldama, nuevas actuaciones en los casos de su mujer y su hermano y el fiscal general del Estado investigado por un presunto delito de revelación de secretos de la pareja de Isabel Díaz Ayuso.

Los continuos desacuerdos entre la dirección nacional y regional, las divisiones ideológicas internas y las dificultades para enfrentarse a la hegemonía del PP han acabado tradicionalmente con los liderazgos en la región, pero desde el pasado lunes la crispación máxima se ha instalado en el partido y el Gobierno a cuenta de los hechos reconocidos por el ex secretario general del PSOE-M.

Rival política

La presidenta madrileña ha manifestado esta semana que «Moncloa ha orquestado un caso para intentar destruir a una rival política» y que «esto en cualquier país democrático es motivo de expulsión directa de un Gobierno». A la vez, los «compañeros y amigos» de Lobato cargaban contra él para forzar su dimisión.

Siguiendo las consignas de Moncloa y Ferraz, la portavoz en el Ayuntamiento de Madrid y ex ministra del Gobierno de Sánchez, Reyes Maroto, le exigió que convocara un comité ejecutivo «lo antes posible». El delegado del Gobierno, Francisco Martín, hizo lo mismo y sentenció: «La confianza es un bien muy valioso, pero también frágil».

El delegado se ha trabajado desde su nombramiento una posición preferente en Madrid, trampolín para impulsar su carrera política, según vienen advirtiendo desde sectores del partido. Sin embargo, y pese a los servicios prestados a Moncloa y Ferraz a causa de sus confrontaciones con la presidenta y el alcalde de Madrid, Martín pudiera ser uno de los principales damnificados en esta crisis si no tiene opciones de acceso a la secretaria general ocupada hasta ahora por Lobato.

Los últimos casos en el bloque de la oposición debilitan las aspiraciones de la izquierda para gobernar el bastión del PP. Más Madrid y PSOE no prevén soluciones rápidas a sus problemas internos. Los primeros no encuentran la manera de resolver las consecuencias derivadas del escándalo Errejón. Entre éstas, el cese de su portavoz de Igualdad, Loreto Arenillas, que se niega a dimitir. El PSOE aún tiene un recorrido tortuoso hasta poner orden en sus filas. El lunes está previsto que Óscar López presente su candidatura a la secretaría general del PSOE de Madrid, aunque, según publicó este periódico, no está garantizado que logre suficiente apoyo. Es la militancia quien tiene la última palabra.

El ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública se convertiría así en un nuevo candidato impuesto por Ferraz. En este caso, pese a la polémica que sobrevuela sobre él como jefe de la persona que envió unos documentos que se refieren a cuestiones fiscales del novio de la presidenta de la Comunidad, según el relato del ya ex líder socialista madrileño.