Alcaldes de la Comunidad de Madrid

Juan Rodríguez, alcalde de Alpedrete, sobre la retirada de las placas de Paco Rabal y Asunción Balaguer: «El tuit de Ayuso fue una llamada de atención»

El regidor popular ha tenido que «rectificar» su decisión de cambiar el nombre de la plaza de Paco Rabal y del Centro Cultural Asunción Balaguer, al no haberlo «explicado bien». Rodríguez lamenta que se hable de esto, «que no tiene ver con el pueblo»

Juan Rodríguez Fernández-Alfaro, alcalde de Alpedrete
Juan Rodríguez Fernández-Alfaro, alcalde de Alpedrete, el pasado 15 de mayo en la terraza de su despacho del AyuntamientoPlatónLa Razón

Los vecinos de Alpedrete se preparaban la semana pasada para las fiestas del municipio, de unos 15.000 habitantes y ubicado al noroeste de la Comunidad, en la sierra de Guadarrama, a unos 40 kilómetros de la capital. Durante las festividades de este año, que terminan este 23 de mayo, los asistentes han notado un cambio: la Plaza Paco Rabal se llama Plaza de España y el centro Cultural Asunción Balaguer ahora es «La Cantera». El gobierno municipal, formado por PP y Vox, decidió cambiar el nombre de esos espacios de la localidad. Entonces, se desató una «polvareda» por la que hubo concentraciones para pedir el mantenimiento de esos nombres. El pasado lunes 13, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, publicó un tuit en el que se mostraba «en contra de la decisión». Eso, en palabras del alcalde popular del municipio madrileño, Juan Rodríguez, «cambió el orden del día». Rodríguez entonces se reunió con su equipo y decidieron «rectificar» a través de un comunicado. Cuando terminen las fiestas, se procederá a cambiar de nuevo las placas, pero la bandera de España que colocaron junto con el nombre de la plaza permanecerá.

Lo que lamenta Rodríguez de la polémica es que se haya hablado de Alpedrete «por circunstancias que no tienen que ver con lo que es el municipio en sí». Rodríguez, de 52 años, afronta su segunda legislatura. La primera, de 2019 a 2023, formó un tripartito (con Ciudadanos y Unidos Por Alpedrete) que se rompió en noviembre de 2019 y que provocó que gobernara en minoría con Ciudadanos. El pasado mayo de 2023 fue ganador de las elecciones, consiguió 7 concejales y comenzó un gobierno con Vox, que obtuvo 3. Después de la polémica, las fiestas del pueblo y la inminente campaña electoral por las Europeas, el alcalde «está deseando que llegue el 10 de junio para respirar un poco más tranquilamente y recuperar la normalidad».

En el comunicado se lee: «No hemos sabido explicar la voluntad de este cambio». ¿Cuál era esa voluntad?

La voluntad era poner a Paco Rabal y a Asunción Balaguer el nombre del teatro del Salón de Actos, que está dentro del Centro Cultural y que no tenía nombre. Se levantó una polvareda a partir de la familia: que no lo entendían, que no querían que lo quitáramos. Nosotros pensábamos que era una nueva localización, pero no gustaba esa nueva localización. Se dijo que estábamos eliminando los nombres del callejero y no era así, era simplemente un cambio. La gente no lo ha entendido: pues volvemos hacia atrás.

¿Por qué han rectificado? ¿El partido le pidió mantener las placas?

No, porque estábamos viendo que se estaba incrementando una polémica que no nos iba a beneficiar en nada. Se estaba hablando de Alpedrete por unas circunstancias que en ningún caso tenían que ver con lo que es el municipio en sí. Parece que aquí somos sectarios y que venimos a perseguir determinados pensamientos o determinada cultura y no es así. Muchas veces es muy difícil agradar a todo el mundo, pero en este caso estábamos viendo que la cosa se complicaba un poco.

El lunes [13 de mayo] habíamos quedado a las cinco de la tarde como todos los lunes y el tuit de la presidenta cambió el orden del día. Estuvimos discutiendo y dijimos: no vamos a perjudicarnos, así que rectificamos. También es cierto que la presidenta es muy importante para Alpedrete y Alpedrete depende mucho de la Comunidad de Madrid. Si tienes la Comunidad de Madrid un poco enfadada por este tipo de actuaciones, pues no te conviene, entonces, ¿empuja?, sí, no vamos a decir que no.

Es decir, ¿no se lo pidieron, pero el tuit de la presidenta fue decisivo?

La presidenta a mí lo que me estaba pidiendo es una reflexión. La semana pasada [por la del 6 al 12 de mayo] me dijo: "tendríais que reflexionar". Y lo hicimos, pero estábamos montando las fiestas y dije: el lunes en la reunión lo tratamos. Me llamó Alfonso Serrano [el secretario general del PP de Madrid] y me preguntó por nuestra posición. Le dije: por ahora mantenemos, pero espera a la reunión. Yo pensaba que a la presidenta algún periodista le iba a poner un micrófono y le iba a preguntar, pero de repente ella lanzó el tuit, y dije yo: pues ya está clara la posición de la presidenta. Si te dicen que reflexiones está claro que no está de acuerdo, pero con el tuit mucho más todavía. Vimos que no nos estaba beneficiando lo que se estaba diciendo de Alpedrete.

¿Se sintió desautorizado por la presidenta de la Comunidad?

No, desautorizado no. Es una llamada de atención. El tuit se anticipó a lo que era la reunión y pensó ella que deberíamos habernos reunido anteriormente. Pero no vamos a ir en contra de la Comunidad de Madrid y en contra de la presidenta en este caso. Mantenernos en esa situación lo único que iba a provocar era un enfrentamiento. Y no es que Vox tuviera una posición, se han dicho muchas cosas, pero el equipo de gobierno sigue unido. No ha habido ninguna división interna, ha habido opiniones a favor y en contra, y al final se ha tomado una decisión por mayoría. Nosotros creemos que hemos cometido el fallo de no explicarlo bien y rectificamos.

¿Habría preferido otra «llamada de atención» que no fuera con el tuit?

Al final las circunstancias son las que son y ya está. Habría sido una llamada atención o una llamada de teléfono más, pero la decisión estaba tomada por nosotros. No puedo ir en contra de todos mis compañeros ni perjudicarles a ellos

¿Cómo se ha sentido estos días?

Ha habido algún momento difícil, pero no hemos matado a nadie, no hemos robado nada, no hemos hecho más que cambiar un nombre y una rectificación a tiempo. Ayer hablaba [por el 12 de mayo] con la presidenta y le pedía disculpas, tanto a ella como a mi partido, por lo que haya podido esto llevar al resto de mis compañeros o la gente que se ha podido sentir ofendida por ello. Ella me ha dicho no te preocupes, no pasa nada seguimos para adelante. Sigue trabajando y haz lo mejor que puedas para el futuro de tu municipio. Y cuando sea cuando haya pasado la tormenta, un día vendrá a ver Alpedrete y no habrá ningún problema.

¿De todo esto qué me queda? Yo he sabido rectificar, pero me hubieran gustado disculpas por insultos y las amenazas que se han proferido. Yo creo que no es de recibo que cuando se hacen determinado tipo de declaraciones por determinados responsables se digan cosas como las que se han dicho y se valore mi persona como una persona inculta. Yo no me he metido en ningún caso con lo que es el nombre de Paco Rabal, ni con la obra ni con la repercusión. Yo consideré que se podía cambiar ese nombre de un centro cultural a un teatro. ¿La gente no lo entiende así y cree que es más importante que figure en una plaza? Pues ya está. Pero que me llaman inculto simplemente por eso creo que no es de recibo. Y ya no os digo más insultos y amenazas de otra gente que se ha considerado libre para llamar al ayuntamiento y ponernos a caldo, insultar y colgar el teléfono. Hemos recibido muchas llamadas y muchos correos electrónicos diciéndonos cosas que no son reproducibles. Yo nunca he dicho nada en contra de ninguno de los que estaba en la manifestación, ni de la familia Rabal-Balaguer. Yo tuve aquí sentada a Teresa Rabal, la traté con educación y ella igualmente a mí y me dijo que no lo entendía. Yo respeto su decisión, y a partir de ahí muy bien, pero con otros no ha sido así.

Juan Rodríguez Fernández-Alfaro alcalde de Alpedrete
Juan Rodríguez Fernández-Alfaro alcalde de AlpedretePlatón

¿Cómo define la política municipal?

A veces es la más satisfactoria porque puedes hacer algo en favor de tus vecinos. Y en otras circunstancias, como por ejemplo con lo de la placa, pues es la más ingrata, porque intentando hacer cosas bien, pero no sabiendo explicar el contenido, pues a veces te llevas ese tipo de zarpazos o de llamadas de atención. Pero cuando consigues cosas buenas es muy satisfactoria. No puedes agradar a todos, intentas que sean los menos perjudicados posibles. Somos el primer frente de batalla. Aquí la presidenta se puede dar un paseo y todos son halagos y buenas palabras, pero yo me doy un paseo y todos son quejas, protestas, sugerencias.

¿Qué valoración hace del gobierno con Vox hasta el momento?

Muy bueno, no hemos tenido fisuras en ese acuerdo. Ponemos las cartas a la boca arriba en una reunión semanal para ir viendo las cuestiones y de vez en cuando me tomo un Colacao con Amaya, que para mí no es la representante solamente de Vox, sino una amiga. Me llevo muy bien con ella desde hace muchísimo tiempo. En la legislatura pasada empezamos mal, ella se fue a la oposición y entonces parecía que tenía que oponerse a todo. Y entendió que ella tiene muchas similitudes con lo que piensa el Partido Popular, aunque difiere en otras, y que había que arrinconar los pensamientos de la izquierda y entonces colaboramos mucho en las cosas que íbamos llevando a Pleno, aunque no saliera adelante. A día de hoy somos conscientes de que somos mayoría y que tenemos que llevar adelante nuestros programas, tanto el suyo como el nuestro, para que la gente vea que en estos cuatro años vamos a cumplir con ellos, que es por los que nos han votado.

¿Cómo es la relación con la oposición?

Este mandato la relación con la oposición no es del todo mala. Sí es cierto que hay algún concejal que no tiene cercanía con nosotros, pero por lo demás, lejos de lo que se ven los Plenos que son enfrentamientos puramente políticos y es el escaparate, nos tratamos con respeto y cordialidad. Yo tengo muy buena relación personal con la mayor parte de ellos, Lo que tenemos que tener claro es que hoy estamos aquí al frente, pero mañana vamos a seguir siendo vecinos y si nos encontramos por la calle nos tenemos que saludar igualmente.

¿Qué objetivos tiene en esta legislatura?

El Plan General es una cosa que lleva desde el año 2004, se ha demorado muchísimo porque no había mayoría absoluta. Vamos a ver si somos capaces de poder llevar adelante este plan. Antes de que termine el mandato esperemos poder tenerlo en nuestra mano. Espero antes del verano o en los meses de junio y julio poder llevarlo a pleno y exposición pública en el último trámite y que así pueda definitivamente mandarlo a Madrid este año.

¿Ha aumentado la población en los últimos años?

La pandemia hizo ver que esto de quedarse en casa en Alpedrete no era tan malo. Entonces mucha gente salió de Madrid de vivir en su piso y se vino al chalecito, al adosado de aquí y vio que había servicios, que había transporte público. Fue un crecimiento casi exponencial de lo que venían siendo los años anteriores. Esperemos que incremente la población. Yo creo que llegaremos a 22 o 23 mil en no mucho más de 10, 15 años.

¿Qué servicios le pueden faltar para esa subida?

Al pueblo le falta espacio deportivo: tenemos una ciudad deportiva pero nos gustaría contar con otro campo de fútbol. Le falta un ferial. Le falta crecer en aspecto cultural: la Casa de la Cultura se nos está quedando pequeña. También algún colegio más. Tenemos un instituto muy bueno, pero algún colegio más no vendría mal, o la ampliación de los existentes. Y una de las cosas que viene determinada en el Plan General también es la ampliación, desgraciadamente, del cementerio, porque después de la pandemia nos vamos quedando muy cortitos de espacio para poder dejar a nuestros fallecidos allí.