Agricultura madrileña
Madrid Rural, verduras de la huerta al súper en menos de 24 horas
El proyecto piloto Madrid Rural une a pequeños agricultores madrileños para vender a grandes distribuidores sus productos de temporada
Ante las dificultades de los pequeños y medianos agricultores de la región para vender sus frutas y verduras de temporada a las cadenas de supermercados, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) de la Comunidad de Madrid ha impulsado el proyecto Madrid Rural. “El IMIDRA se reúne cada año con agentes del sector primario para detectar problemas o necesidades. Nuestro grupo operativo Agrohub detectó un problema que era evidente: el escaso margen de maniobra de los agricultores de Madrid en la comercialización de los hortofrutícolas de la región”, explica Sergio López, director de IMIDRA. Desde el lunes, el medio centenar de agricultores madrileños “contactados” para participar en este proyecto piloto han comenzado a llevar sus frutas y verduras a una nave en Fuenlabrada para que lleguen al supermercado menos de 24 horas después de ser recogidos de la huerta.
“Su capacidad de negociación en los canales de comercialización era prácticamente nula. La mayoría no podía llamar a la puerta de una gran superficie puesto que la producción que les podían aportar era muy pequeña y, lógicamente, no cubría la demanda que tiene una cadena de supermercados”, subraya López sobre el origen de Madrid Rural. “Surgió la idea de generar una plataforma de proximidad que pudiera aglutinar toda esa producción madrileña de temporada de mucha calidad y ponerla a disposición de estas grandes superficies”, destaca López. “Es un canal donde no va a haber intermediarios. Pero lo más importante es que se da un nuevo canal de distribución y capacidad de negociación para vender sus productos”, remarca Alejandro Benito, director del departamento de Investigación de IMIDRA.
Tras su inauguración este lunes, ahora el reto es que se unan el mayor número de agricultores a Madrid Rural. “Cada uno debe decir qué productos y cuánta cantidad pueden destinar a su venta en Madrid Rural”, explica Félix Ledesma, agricultor de 56 años en el Parque Agroecológico de Rivas-Vaciamadrid, uno de los 50 que participan en los primeros pasos de Madrid Rural. “Hay que darle forma, juntarnos muchos agricultores pequeños y llevar nuestra parte de producción”, cuenta antes de descargar este miércoles en la nave de Madrid Rural en Fuenlabrada varios kilos de coliflor, col kale y calçots. “La palabra viene de Cataluña pero son cebolletas calzadas de Madrid, de toda la vida”, explica amablemente Félix sobre los calçots que, como todos sus productos, cultiva en su huerta a cielo abierto de cuatro hectáreas, algo menos de cuatro campos fútbol, “de manera tradicional, sin usar insecticidas ni herbicidas, para que el sabor sea exquisito”. “Aunque no todos los productos que llegan a Madrid Rural son de huerta ecológica, todos son productos de calidad y de proximidad”, detalla Benito.
En base a la frutas y verduras que cada agricultor puede aportar a Madrid Rural, la Unión de Cooperativas Agrarias Madrileña (UCAM) negocia con las grandes superficies la cantidad y el precio de cada producto. “Se trabaja desde la semilla. Antes de plantar, el agricultor ya sabe que lo va a vender y un precio aproximado que se pacta”, celebra el presidente de la UCAM, Mariano García-Patrón. Mariano valora este proyecto impulsado por la Comunidad de Madrid “muy positivamente”: “Es una alternativa para el pequeño y mediano agricultor. Hasta ahora no teníamos un mercado que agrupase a estos pequeños productores de frutas y verduras de la región”. “No se plantea para hacer competencia a Mercamadrid ni a ningún otro tipo de plataforma logística, es una alternativa que hasta ahora no había y que es muy beneficiosa para el campo madrileño”, destaca Mariano sobre Madrid Rural, una iniciativa que ha costado 1.459.000 euros, el 80% sufrido con fondos europeos FEDER y el 20% por la Comunidad de Madrid.
Madrid Rural estará subvencionado por la Comunidad de Madrid con 80.000 euros al año durante dos años, más el alquiler de la pequeña nave en Fuenlabrada de 3.500 metros cuadrados que asciende a 20.000 euros al año. Tras estos dos primeros años, la UCAM deberá hacerse cargo de los costes para que Madrid Rural continúe ofreciendo esta alternativa. “Si es rentable para los agricultores después de los dos años de subvención de la Comunidad de Madrid, el proyecto continuará”, explica el director de IMIDRA.
Sobre el potencial de crecimiento Madrid Rural, López sostiene que es “enorme”: “De las 4.000 explotaciones agrarias en la Comunidad de Madrid, el 85% de los agricultores madrileños son pequeños o medianos productores con menos de 3 hectáreas”. El presidente de UCAM explica que “somos 8.000 cooperativistas en UCAM entre grandes, medianos y pequeños”: “Hay que ir poco a poco para que tenga éxito. Madrid Rural es como ir en bicicleta, para no caernos debemos avanzar”.
Las cadenas de supermercados y la demanda de sus clientes de productos frescos de proximidad serán claves para el futuro de Madrid Rural. “El centro tiene una capacidad máxima de 2 millones de kilos al año. Estamos empezando con mucho menos. Han mostrado interés en el proyecto Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés, Macro, Ahorra Más y Supermercados BM. Por ahora a Mercadona, por su estrategia, no le ha interesado pero siguen pidiéndonos información”, destaca el director de IMIDRA. La consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid, Paloma Martín, destacaba el pasado lunes en la inauguración de Madrid Rural que “servirá para que el pequeño y mediano agricultor madrileño tenga un mayor acceso al mercado mayoritario, cuidando además la salud del consumidor y el medio ambiente al apostar por productos de cercanía”.
“Este proyecto es el resultado de otras iniciativas más pequeñas que hemos visto que tuvieron éxito”, cuenta el presidente de UCAM. Pese a las dificultades para llegar a grandes superficies, Félix logró alcanzar un acuerdo con Alcampo para venderle “tomates tradicionales de Madrid”, la especialidad de su empresa Riconatura. “Al principio me comprometí a cultivar una hectárea, unos 30.000 kilos de tomate que cultivé de julio a septiembre”, cuenta Félix sobre los orígenes de este proyecto piloto.
“Me pagaban a un precio justo. Y estaban muy satisfechos. Alcampo triplicó la demanda de tomates y la colaboración fue creciendo”, recuerda Félix en la nave de Madrid Rural en Fuenlabrada, dónde llegan las frutas y verduras para distribuirlas en los supermercados ese mismo día. Además de la ausencia de intermediarios y de la capacidad de negociación que ganan los agricultores, desde IMIDRA Benito considera que el consumidor se verá beneficiado al tener “un producto de proximidad en los supermercados”: “Algunas frutas y verduras que traen por la tarde se quedan una noche en una cámara frigorífica a 5 grados para llevarlos por la mañana al supermercado. Desde que se coge de la huerta, como mucho en 24 horas está en el supermercado”.
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