El Madrid de

Nieves Álvarez: "Mi marca no es una celebrity poniendo su nombre"

En un momento personal de "mucha calma y madurez", la empresaria habla de su proyecto de cosmética en el que se ha implicado al 100%

Entrevista a Nieves Álvarez
Entrevista a Nieves Álvarez. David JarDavid JarFotógrafos

A Nieves Álvarez no le gusta hacer las cosas a medias, “soy muy perfeccionista y cuando me involucro en algo es porque creo en ello y me entrego al 100%”, afirma a LA RAZÓN. Modelo internacional, presentadora de televisión y ahora empresaria de cosmética, habla con la misma pasión con la que camina por una pasarela o se planta frente a una cámara. Actualmente, se encuentra en un momento de su vida que define como “una mezcla de madurez, caos y felicidad”. Y es precisamente esa combinación la que impulsa su presente más ambicioso: NIEVES By Nieves Álvarez, su propia marca de cosmética.

Desde la oficina de la compañía cuenta que “es mi bebé, la gente cree que no, pero cuando estoy en Madrid, estoy aquí metida". La empresaria presenta semanalmente su programa de televisión, coordina campañas, diseña productos y se implica incluso en las tareas más operativas de su startup. Es cierto que su amor por el cuidado de la piel nace mucho antes de la reciente marca. “Desde joven, mi dermatólogo me mandaba a la farmacia a por productos específicos mientras mis compañeras se compraban cremas carísimas”, recuerda. Esa educación temprana le enseñó que el lujo no está únicamente en el precio, sino en la calidad. Y con esa idea en mente creó su firma: una cosmética que, según explica, ya llega farmacias, con ingredientes efectivos y avalada por dermatólogos. “No quería poner solo mi nombre en un producto. Me he implicado desde el plan de negocio hasta el diseño del logo. Mi mejor amigo me ayudó con eso y contacté con laboratorios en Granada y Francia. Quería algo mío, de verdad”. Nieves ha recorrido los últimos 30 años de la moda, pero también nos descubre cómo se construye un proyecto empresarial desde la autenticidad: “La moda me ha enseñado a observar, a cuidar los detalles. Pero también a saber cuándo parar”. Sin embargo, no siempre es fácil. “Hoy en día no se desconecta nunca. El móvil me genera mucho estrés. Vivimos permanentemente conectados, y eso pasa factura”. En su caso, encuentra evasión caminando por el centro de Madrid, perdiéndose por el Rastro o el barrio de las Letras o tomándose un café en alguna cafetería de especialidad de las que tan “adicta” se declara, como Casa OM o Plenti, donde encuentra su porridge de avena preferido. “Me encanta descubrir sitios nuevos. Madrid es una ciudad amable, abierta, con una luz maravillosa”. Y si se le presenta una cita especial, Horcher sigue siendo su clásico.

Romper prejuicios, un reto

Desde el cuidado está el mensaje que quiere transmitir con su marca. Nieves afirma que no busca vender milagros, sino hábitos saludables para la piel. Sobre su rutina facial, detalla: “Soy constante. Por la noche me desmaquillo bien, utilizo un limpiador en crema, luego sérum, contorno de ojos, crema hidratante y una mascarilla labial. Por la mañana, lo mismo, pero añadiendo protección solar. Y un toque de colorete para salir a la calle”.

Entrevista a Nieves Álvarez. David Jar
Entrevista a Nieves Álvarez. David JarDavid JarFotógrafos

Uno de los mayores desafíos ha sido ganarse la credibilidad del sector. “A veces cuesta que la gente entienda que esto no es una celebrity poniendo su nombre. He ido personalmente a farmacias, a presentar el catálogo, a hacer formaciones. No me escondo”. Esa implicación forma parte de su sello. “Le pongo muchas horas. Me acuerdo de los inicios, cuando cargábamos los productos en el coche, montábamos el stand, atendíamos a cada cliente. Como emprendedora, todo cuesta más, pero la recompensa es mayor”.

Por otro lado, en redes sociales también ha aprendido a lidiar con la exposición. “No se puede gustar a todos, ni lo pretendo. Me esfuerzo mucho y soy consciente de quién soy y de lo que valgo”. Nieves Álvarez reconoce que las redes sociales «le cuestan, pero son un instrumento actual que ayudan a darse a conocer». En su caso, cuenta con una comunidad donde «no hay mucho hater, son amables y respetuosos», pero, aun así, «no me gusta verme a mí misma ni prestarles mucha atención a los comentarios a nombres ocultos a través de una pantalla». Con ello, «me gusta la crítica constructiva desde la educación, la que se hace desde el cariño y sin maldad». El proceso de lidiar con la exposición en redes sociales la ha llevado a entender que «querer gustar a todo el mundo no es ni siquiera sano».