Gastronomía
El auge del sándwich mixto en Madrid: estos son los mejores sitios
Es un bocado sencillo, pero que despierta veneración. No haremos clasificaciones, el objetivo no es el SEO, sino su disfrute
En una sociedad emperrada en fabricar rankings que suban las visitas de webs y blogs, nos hemos obsesionado un poco con las recopilaciones de ciertos platos y alimentos, por no hablar ya de los de restaurantes. Pero lo cierto es que son útiles y nos pueden resolver más de un compromiso o una de esas citas que deben salir bien. Muchos consultan con la misma fruición con la que comen listados de las mejores hamburguesas gourmets, de las pizzas o de los New York Rolls, esos monumentos a la lujuria visual que se están poniendo de (gozosa) moda. Y hablando de tendencias, en los últimos tiempos llama la atención la veneración que despierta un bocado tan aparentemente sencillo como es el sándwich mixto, también conocido bajo el más lúbrico nombre de bikini. En su versión tradicional, con la sencilla desnudez juanramoniana que otorga solo el pan, el jamón y el queso, o renovado con denudo vanguardista y gourmet, este bocado aparece en cada vez más cartas. No haremos clasificaciones, porque nuestro objetivo no es el SEO, sino su disfrute. Y para eso, no hay algoritmo que valga.
Hace ya unos meses que abrió, para gozo de los amantes del mejor picoteo, la sucursal matritense del barcelonés Gresca. Rafa Peña eligió el refinadísimo Santo Mauro para seducir con un listado de exquisiteces como la liebre a la royal o un bikini único, de lomo ibérico y queso, con el pan fino, prensado y muy crujiente. Vale, o al menos lo hacía hace no mucho, 14 euros, así que, al margen de que en la «dolorosa» se cobre la ubicación, se hace uno idea de la exquisitez del tema. Siguiendo con el refinamiento, no se pierdan la versión afrancesada del mixto de toda la vida, que es el croque Monsieur, que incorpora bechamel para mayor gozo calórico y sensorial. Lo preparan con amor y pericia en L´Ambassade de Robuchon bajo el sofisticado nombre Croque Mille-feuilles.
Un aniversario especial
No me dejo en el tintero el que sirven en Bar 49, el rincón de inspiración art decó del hotel InterContinental, inmerso de lleno en la celebración de su 70 aniversario. Miguel de la Fuente lo elabora con jamón de York de calidad y queso edam. Para cerrar el apartado «señoras bien» de este artículo, imposible no incluir el bikini tartufo de Cristina Oria, que encuentran en sus diferentes espacios matritenses, y que es una auténtica delicia.
Un sitio donde se disfruta mucho de esta receta es El Rincón de Vespok. Ahora que llega el calorcito (o eso deseamos todos), su terraza ajardinada es una auténtica bendición. Se come de lujo en este espacio de Puerta del Hierro, con platos bien resueltos de cocina española a base de materia prima cuidada. Además, en su carta de desayunos, y en la de tarde, aparece este bocadillo tan nuestro, que se disfruta más en el frescor vegetal del patio de esta ermita rehabilitada que sorprende a quien se adentra en la urbanización más refinada del noroeste capitalino. Con un aire más indie, pero también encantador, hay que sumar el de Misión Café, un obrador muy recomendable donde encontramos un mixto tipo slow food, a base de jamón asado a baja temperatura y queso pasiego. Y por supuesto, cómo no, los que sirven en las sucursales de Madreamiga, con un pan de cruasán que es un camino al cielo.
El mixto también es un bocado de bar de los de siempre. ¡Cómo olvidarnos, los más añosos, del que ponían en HD décadas antes de apuntarse a la fiebre de la burger gourmet! Martín Berasategui también lo ha incluido en el menú de Madrí Madre, su espacio más tabernario y de reciente apertura en las inmediaciones de la plaza de España. Él le llama Tintín, y es un emparedado para comer con las manos, y a dos carrillos, a base de crema de tocineta, queso de cabra y rúcula. ¡Garrote!
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