
Entrevista
Rock A La Par: Romper el techo de cristal a ritmo de rock
Conocemos la primera banda de música integrada por personas con discapacidad intelectual e impulsada por la Fundación A La Par

Desde hace años, la Fundación A La Par lucha por los derechos y las oportunidades de las personas con discapacidad intelectual. Allá donde detectan un terreno por conquistar, tratan de alcanzarlo. Educación, empleo, deporte, salud mental, acceso a la justicia... son algunas de las áreas que han hecho accesibles en estos años. Este verano, el cantante David Summers llegó a la fundación con un nuevo objetivo que alcanzar: «Vino con la idea de montar una banda de música y nos pareció maravillosa y un lugar al que ir, en el que nunca habíamos estado y en el que creímos que las personas con discapacidad intelectual no habían llegado y dónde podían brilla», cuenta a este periódico Almudena Martorell, Presidenta de la Fundación A La Par. En octubre comenzó el casting al que más de cien personas con discapacidad intelectual y dotes para el canto, la guitarra, la batería, el bajo o el teclado se inscribieron para formar parte de esta aventura musical.
Así, en el mes de noviembre nación Rock A LA PAR, con siete integrantes y solo unas semanas después, el pasado 3 de diciembre, debutaron en el acto de celebración del 46º aniversario de la Constitución Española en la Comunidad de Madrid, en la emblemática Real Casa de Correos. El jueves volvieron a subirse al escenario para celebrar la fiesta anual de la fundación y minutos antes de hacerlo compartieron unos minutos con este periódico. En el ambiente podía notarse el nerviosismo, la felicidad y la ilusión por ver el sueño de muchos de ellos cumplido y otros, ya con más experiencia, por volver a sentir la emoción se subirse a un escenario otra vez.

Laura del Frago, la vocalista, lleva en la música desde los 8 años y es la única chica el grupo. «Me siento muy arropada por todos ellos. Para mí es un honor compartir tiempo con profesionales como Pedro Andrea, Javier Mojarrieta o Daniel Summers, estoy viviendo un sueño», asegura. Kike Román lleva quince años componiendo y tocando la guitarra y solo tiene 28. «Vi el anuncio del casting y pensé en ir de cabeza, es a lo que me llevo queriendo dedicar toda mi vida», confiesa. Fue tal la alegría que sintió cuando le llamaron para decirle que había sido seleccionado, que tiene muy presente lo afortunado que es. «Ahora solo pienso en disfrutar de la oportunidad que nos ha dado la vida con esto, formar una banda de rock como la nuestra no ocurre todos los días». Como hijo de David Summers, Daniel ha crecido entre acordes desde que nació. Compone, toca el bajo, la batería y la guitarra, pero reconoce que esta última es con la que mejor se lleva. «Estamos muy contentos y con muchas ganas, especialmente de disfrutar de la música porque el que no disfruta no lo vive», sentencia.

Para esta ocasión han preparado un repertorio muy completo de versiones de pop-rock aunque adelantan que más adelante tienen pensado hacer sus propios temas. Además de Summers, Pedro Andrea, acompaña a la Fundación en esta aventura: «Me llamaron para hacer la labor de dirección musical y estoy muy contento, les veo muy capaces. Solo tengo un propósito y es que quiero demostrar a la gente que las personas con discapacidad tienen capacidades. Mucha gente que viene no toca el bajo como Pablo, ni canta como Laura, ni toca la guitarra como Daniel, ellos son superiores a muchos. Con estos les motivo porque llevan toda la vida contándoles que son incapaces, pero son perfectamente capaces como se va a ver». Humanamente, califica esta experiencia como «muy bonita» y aunque puede existir déficits de atención o de memoria con algo más de trabajo, asegura que se consiguen grandes resultados. «Todos tienen talento, son tierra fértil y semilla. Sobre el escenario florecen y todo el mundo lo va a ver hoy», dice Andrea.

Javier Mojarrieta, profesor de música del colegio de la Fundación A La Par también está trabajando con ellos y formó parte de la selección. «Tenían que ser personas con discapacidad, brindábamos más por personas que tuvieran una autonomía grande porque ya el proyecto nos ha pedido más de lo que esperábamos», explica, de ahí que optasen por aquellos chicos y chicas con experiencia previa y con una base con ciertos instrumentos. El objetivo de todos ellos ahora mismo es seguir dando conciertos. Por ahora, con este repertorio durante todo 2025. «Y si gusta, que no veo que les falte nada para hacerlo, continuar como hacen otros grupos con otras canciones», apunta Andrea.
Mojarrieta dice compartir la misma visión que estos chicos: «La música es un lenguaje, estos chicos lo hablar y queremos que transmitan al mundo el mensaje que ellos que tienen y que es que tiene que haber cabida para ellos». La gran dificultad que él está viviendo es que las personas con discapacidad tienen que llevar sus ritmos y son muchas las cosas que adaptar. «El problema es el mundo en general no se adapta a los ritmos de estos chicos», sentencia.
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