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Medio Ambiente
Pandemonium
Casi prefiero el título de hoy de nuestra columna «Planeta Tierra», a cualquier otro; por la sencilla razón de que en la conciencia popular está claro que pandemónium es un conjunto de asuntos complicados, penosos, y de difícil solución. Pandemia es un nombre excesivamente suave para un «cisne negro» de tan malos augurios.
Ahora, se pregunta la gente – habiendo comités de sabios, planas mayores escogidas, etc.—, cómo será el mundo después del pandemónium. Si es que hay un «después» rápido, lo que no está nada claro, por las complicaciones que pueden llegarnos: ahí está el rebrote del coronavirus en Pekín…
No está tan claro, pues, que «el mundo ya no vaya a ser el mismo», como tantas veces se dice, adoptándose una pose filosófica. Siempre se dice eso tras las grandes catástrofes. Recuerden Vds. aquello de la Gran Guerra Europea 1914/1918, que iba a ser la «guerra para acabar con todas las guerras», y de la que a los diecinueve años escasos comenzó, en 1939, una segunda parte aún más brutal, coronada con la atómica.
Lo que sí está claro es que la digitalización ha dado un salto de gigantes, y que las operaciones telemáticas, gracias a internet y las potentes redes que han ido surgiendo, nos relacionan de una forma directa y a casi la velocidad de la luz, desde la soledad de cada uno ante la pantalla de su ordenador: una nueva realidad que debemos hacer más humana y soportable. Como también el pandemónium debería servirnos para revisar la política demográfica universal, con el maremoto (o si prefiere tsunami) del crecimiento de población en los países emergentes. Como igualmente habría que prestar mayor atención al calentamiento global y el cambio climático.
Será bueno que tomemos conciencia de una vez de que vivimos todos en la misma Nave Espacial Tierra, que hemos de cuidar mejor.
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