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Medio Ambiente

Un historiador cabal

Ramón Tamames
Ramón Tamames Cristina BejaranoLa Razón

Cuando uno se acerca a las edades ya provectas, raro es el día que no se recibe alguna mala noticia de los amigos coetáneos, con quienes hemos convivido tanto tiempo. En ese sentido, hoy me refiero a Fernando García de Cortázar, historiador, a quien conocí hace muchos años, y con quien se reforzó mi amistad cuando escribió un prólogo para mi libro « Ni Mussolini ni Franco: la dictadura de Primo de Rivera y su tiempo».

Fernando ha sido un gran difusor de la Historia en España con numerosas publicaciones, y fundamentalmente por su libro global sobre el acontecer de los españoles: desde el hombre primitivo hasta la Constitución de 1978. Ahora, la muerte que ha segado su vida en la frontera de los fértiles 80 años, se ha llevado por delante a un gran conocedor de muchas de nuestras experiencias convivenciales; incluida la casi increíble Historia universal de España, en su expansión por medio mundo durante los siglos XVI a XIX. Fue un gran maestro, al facilitar el conocimiento de qué ha pasado en este país, cómo ha sucedido todo lo ocurrido, y de qué manera conservamos o ignoramos nuestros recuerdos concretos o a veces alterados en la cronosenda.

Todo es Historia; a medida que el presente se va diluyendo, el registro de lo que fue y ya no es, constituye el testimonio de porqué vivimos, para qué, y con qué resultados. Una persona que no conoce su linaje propio es como si surgiera de la nada. Un país que olvida su historia, pierde el sentido de lo colectivo. Así las cosas, parece como si Fernando se haya ido con la protesta en sus labios por la lamentablemente llamada « Ley de la Memoria Democrática», que previsiblemente va a aprobarse por las Cortes Generales entre el verano y el otoño. Sic Transit Gloria Mundi. mos la Filosofía.