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Medio Ambiente

María Cruz Díaz Álvarez, presidenta de la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos (ANIA): «La agricultura demuestra ser un sector heroico»

María Cruz Díaz Álvarez, presidenta de la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos
María Cruz Díaz Álvarez, presidenta de la Asociación Nacional de Ingenieros AgrónomosLa RazónLa Razón

La crisis energética y la incertidumbre por la creciente inflación, de los últimos meses, mella de diversas maneras en la mayoría de industrias, por si no fuera esto suficiente, además de estas problemáticas, el sector agrícola también sobrelleva los efectos adversos que ha dejado en España, un verano anormalmente caluroso.

En este contexto, María Cruz Díaz Álvarez, presidenta de la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos (ANIA) reflexiona sobre el papel que juega esta industria en el contexto actual, qué retos se avecinan y qué necesita para seguir desarrollando una labor, que es esencial para la supervivencia mundial.

Todas estas cuestiones serán abordadas también en el «V Congreso Nacional de Ingenieros Agrónomos», organizado por la ANIA y el Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Agrónomos (CGCOIA), que se celebrará en Lleida del 26 al 28 de septiembre.

En el contexto actual ¿Qué demanda el sector agrícola?

Trabajo con ellos más de 50 años, y aunque sé que el agricultor siempre se queja, considero que es un sector heroico, pero que necesita el aprecio y el reconocimiento social. Los agricultores necesitan tener seguridad en sí mismos, así como información y acceso a las tecnologías, ellos tienen que saber que con herramientas innovadoras pueden enfrentar mejor las crisis.

Asimismo, tenemos que tener en cuenta que ellos siempre han trabajado con pocos márgenes y les es muy difícil asumir la actual subida de precios.

¿Por qué los agricultores son quienes mejor afrontan los cambios climáticos?

El cambio climático afecta a todos los sectores, pero técnicamente, los agricultores son conscientes que tendrán épocas malas y no les tienen miedo, son personas que viven en las tierras y saben que en algún momento vivirán sequías. Dependiendo de qué tipo de producto mantengan, algunos incluso aprovechan de manera favorable el calor.

¿Qué se espera del nuevo Acuerdo Verde de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea?

Es oportuno tener el apoyo de la PAC, pero no debemos acostumbrarnos a tenerlo como fijo. Si bien es un conjunto de acuerdos entre los países de la UE, estos son cambiantes, se adaptan a las diferentes problemáticas.

Por ahora, la PAC es beneficiosa económicamente para el sector rural, pero no podemos depender eternamente de él, hay que fomentar la competitividad para crear una industria fuerte en cada territorio. Los agricultores no pueden migrar sus campos en busca de mejores condiciones.

¿Qué hay que tener en cuenta al respecto del regadío?

Lo cierto es que, hasta ahora, Europa había visto el sur con un poco de indiferencia, al considerar que los países mediterráneos eran ricos geográficamente y no necesitaban herramientas de regadío. regadío. Con un cambio climático y con unos problemas de sequía e inundación generalizados, países que no tenían la necesidad de implementar estas técnicas, ahora lo contemplan como una necesidad porque de esto depende la seguridad alimentaria.

De cara al futuro, los regadíos podrían crecer un 500% pues no podemos arriesgarnos a dejar de producir comida. En España, tenemos una vasta producción agrícola y ganadera, que se distribuye en todo el mundo al igual que muchos otros países. Por ello, esperamos también que se abran los mercados de cereales de Ucrania.

¿Cuál es el punto de partida en esa búsqueda de soluciones para el sector agrícola?

Debemos enfocar en fomentar una «producción de alimentos eficiente», la cual incorpore la producción de energía y recursos, genere nuevas rentas por la prestación de servicios ambientales y que todos los insumos y energía empleados para la producción sean efectivos, es decir, que estas aseguren su llegada a las mesas de los consumidores.

Asimismo, debemos empezar a validar la labor esencial de los agricultores, reconociendo su trabajo y abriéndose mayores facilidades, ya no solo para el sector agrícola, sino también para todas las industrias que intervienen en el trabajo de la tierra y la distribución de alimentos, el cual es la principal base de la supervivencia de la humanidad.