Bienestar para los peces

La idea del bienestar animal tiende a llevarnos alas condiciones en las que viven y mueren los animales de tierra destinados a consumo humano pero, ¿qué hay de los peces? Se calcula que más de la mitad del pescado que llega a nuestras mesas procede de la acuicultura, un sector queso loen Europa produce unos mil millones de peces al año en jaulas submarinas.

La asociación «Compassion in World Farming» pone el acento en el sufrimiento y el daño ambiental que ocasionan estas granjas industriales e invisibles bajo el mar, en las que los peces viven hacinados sin posibilidad de nadar, en ocasiones en aguas contaminadas en las que pueden desarrollar enfermedades, infecciones o parásitos y para las que los criadores tienden a utilizar productos químicos y antibióticos. Cuando los peces alcanzan el tamaño adecuado llega el sacrificio, en el que la práctica común consiste en sacarlos sin más del agua hasta que se asfixian, una agonía que puede durar más de una hora. Otras veces son sumergidos en hielo, expuestos a dióxido de carbono, desangrados o incluso procesados cuando aún están vivos. Para evitar estos abusos, esta ONG ha entregado a la Comisión Europea una petición firmada por más de 150.000 personas (6.400 de ellas en España) en la que reclaman nuevas normas de protección de los peces de piscifactoría. La petición se produce antes de una revisión completa de la legislación sobre bienestar animal anunciada en 2020, como parte de la estrategia dela U E« De la Granja ala Mesa ». De esta forma, se trata de obtener garantías en la cría, el transporte y el sacrificio, lograr que los peces cultivados se beneficien de un manejo más suave, mejores condiciones que proporcionen buena calidad del agua y entornos que satisfagan las necesidades físicas, mentales y sociales de seres sensibles, que sienten dolor, experimentan miedo y, como muchos otros animales, exploran, viajan, socializan, cazan, juegan y « merecen algo mejor».