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Adiós, Moncho, hasta siempre

Planeta Tierra

Ramón Tamames
Ramón Tamames. Catedrático de Estructura Económica / Cátedra Jean MonnetCristina BejaranoLa Razón

No sé si la columna «Planeta Tierra» es el lugar más adecuado –a mí sí me lo parece– para escribir este artículo sobre mi hijo Moncho Tamames Prieto-Castro. Murió el 12 de marzo, por la acción de un cáncer de una voracidad extrema (mesotelioma), a los 55 años de edad.

Dicen que despedirse un padre de un hijo que emprende su viaje final, es la mayor tragedia. Y en ese trance estoy, con el recuerdo de tantos otros padres que en estos tiempos sufren el zarpazo de las guerras de aquí y de allá, y que entierran a sus retoños para siempre.

Moncho era un hijo, como lo son todos para sus padres: muy especial. Tenía sus momentos de ilusión intuyendo la grandeza de la vida. Como también tuvo sus tiempos de dificultades; con un esfuerzo personal que le fue dejando la huella del paso de los años.

Doctor en Ciencias de la Información por la UCM, psicólogo por la UNED, y entusiasta de la música, no voy a hacer aquí su elegía bajo la primera impresión tras su marcha. Cuando esperábamos seguir conviviendo con él mi cuarta edad, cuando todo se ve impregnado por el sabor agridulce de la vida.

Recuerdo a mi hijo cuando tenía 14 o 15 años, y volvió a casa de una larga estadía en EE UU. La jornada de su llegada al aeropuerto de Madrid, la soñé durante muchas semanas antes, para convertirse finalmente en el día más feliz de mi vida. Quiero conservar esa imagen de aquel reencuentro, cuando le esperábamos sus hermanas Alicia y Laura, su madre, Carmen, y yo.

Gracias amigos de «Planeta Tierra» de La Razón por acoger esta despedida, con las palabras de adiós de nuestro más hermoso poema:

Y aunque la vida perdió, nos dexo harto consuelo su memoria