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Biodiversidad
Los bosques de algas generan 560.000 millones de dólares al año
Un estudio publicado por una científica española en la revista Nature valora económicamente estos ricos ecosistemas
El mar y los bosques de kelp dorado, un tipo de alga parda que crece en las aguas más frías, se entretejen a lo largo de la costa del sur de Australia. «Pero mucha gente ni siquiera sabe que están ahí», dice Adriana Vergés. Nacida en España en el año 1976, esta doctora en Ecología por la Universidad de Barcelona y profesora de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), es pionera en la restauración de los bosques submarinos y en involucrar a los ciudadanos en la recuperación de esos hábitats.
Actualmente reside en Sidney, la ciudad más grande de Australia, que «tiene unos bosques de algas absolutamente preciosos» según explica Vergés al medio especializado en conservación Mongabay. « Pero la gente de Sídney sabe más de la Gran Barrera de Coral que de sus bosques de algas locales», continúa.
Vergés dice que también hay una falta de comprensión acerca de lo que hace el kelp y el valor que tiene, a pesar de que los bosques de algas juegan un papel ecológico de primer nivel, actuando como el «motor biológico de los arrecifes templados».
Un nuevo artículo publicado en Nature Communications, del que ella es coautora, pretende colmar algunas de estas lagunas de conocimiento identificando el valor económico de los bosques marinos de algas. En él se sugiere que los bosques de algas de todo el mundo proporcionan tres servicios ecosistémicos principales por valor de miles de millones de dólares al año: el impulso de la producción pesquera; la eliminación del exceso de nutrientes como el nitrógeno y el fósforo del agua; y el secuestro de dióxido de carbono.
Examinando seis géneros diferentes de algas (Ecklonia, Laminaria, Laminaria, Lessonia, Macrocystis, Nereocystis y Saccharina), los investigadores descubrieron que cada uno de estos tipos de bosque genera hasta 147.100 dólares por hectárea (59.500 dólares por acre) al año en todo el mundo, aunque la cantidad exacta variaba según la región y el tipo de alga.
En conjunto, los bosques de algas del mundo generan hasta 562.000 millones de dólares al año, casi lo mismo que todo el PIB de Suecia, lo que hace que los bosques de algas sean tres veces más valiosos de lo que se pensaba, según el estudio.
La mayor parte de este valor económico procede de la contribución de los bosques de algas a la producción pesquera, así como de la absorción de nitrógeno, que genera valores de entre 29.000 y 73.000 dólares por hectárea (11.700 y 29.500 dólares por acre) cada año, según el estudio. En cuanto al secuestro de carbono, el estudio sugiere que los bosques de algas secuestran casi tanto carbono como los bosques terrestres o las praderas marinas, pero solo aportan unos 163 dólares por hectárea (66 dólares por acre) al año.
«La cantidad de carbono que capturan y retienen los bosques de algas es muy alta, similar a la de otros hábitats muy importantes», afirma Vergés. «Pero el valor es bajo, y eso se debe a que el valor en dólares del carbono es bajo».
Las algas, un aliado clave
El estudio sugiere que los bosques de algas de todo el mundo proporcionan tres servicios ecosistémicos principales por valor de miles de millones de dólares al año. Pero Vergés apunta que el estudio no cuantificó otros servicios como el turismo y la protección costera, por lo que el valor global de unos 500.000 millones de dólares al año es probablemente una «grave subestimación».
El autor principal del estudio, Aaron Eger, científico marino de la UNSW y fundador y director de programas de la Alianza de Bosques de Algas, afirma que la principal motivación para elaborar este estudio era comunicar el valor de los bosques de algas para intentar permitir una mejor gestión y protección de estos ecosistemas, muchos de los cuales están amenazados en todo el mundo.
Por ejemplo, se calcula que el 95% de los bosques de algas que rodean la isla australiana de Tasmania han muerto debido al cambio climático. «Una vez que puedes comunicar ese valor, la gente se preocupa más por un bosque de algas», explica Eger a Mongabay. «Y los gobiernos y los organismos gestores pueden trabajar para servir y gestionar mejor esos ecosistemas cuando entienden lo que hay allí y cuánto vale y cómo contabilizarlo durante el proceso de toma de decisiones».
La Alianza de los Bosques de Algas, de cuya junta directiva forman parte tanto Eger como Vergés, recomienda proteger 3 millones de hectáreas (7,4 millones de acres) y restaurar 1 millón de hectáreas (2,5 millones de acres) de bosques de algas de aquí a 2040 para apoyar los objetivos de biodiversidad del Marco Mundial de Biodiversidad de KunmingMontreal.
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