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Día Mundial del Medio Ambiente
El compromiso de Banco Santander con un mundo sostenible e inclusivo
¿Cómo pueden los bancos cumplir los ODS para impulsar un crecimiento sostenible de la economía?
Los clientes, los mercados y la sociedad no esperan únicamente que las grandes compañías creen valor, sino que también contribuyan a mejorar la sociedad. Y, en particular, que el crecimiento económico que fomente con su actividad sea sostenible e inclusivo. Los ambiciosos objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo de París no pueden alcanzarse sin la transición ecológica de los bancos.
La magnitud de la tarea puede parecer abrumadora. Pero hace ya tiempo que Banco Santander recogió el testigo y abanderó una apuesta firme en favor del crecimiento sostenible y la lucha contra el cambio climático. En 2019 se marcó una ambiciosa y detallada hoja de ruta, con retos concretos para la mejora del medioambiente y con la vista puesta en alcanzar las cero emisiones netas en todo el grupo en 2050. Desde entonces, ha logrado muchas de las metas fijadas.
Al mismo tiempo en que reducían su propia huella de carbono, han estado ayudando a sus clientes, grandes y pequeños, a realizar la transición a una economía sostenible. En 2020, el banco logró ser neutro en carbono en sus propias operaciones. Un año más tarde, en 2021, eliminó los plásticos de un solo uso de sus edificios corporativos por todo el mundo.
También ha avanzado en su Plan de Eficiencia Energética y Sostenibilidad 2022-2025, que incluye más de 100 medidas para reducir el consumo de energía en un 2,6% y las emisiones en un 35,4%. En dos años, el total de la energía que consuma procederá de fuentes limpias. De hecho ya rozan un porcentaje del 90%.
En lo que se refiere a la financiación de proyectos verdes, Banco Santander se ha propuesto movilizar 120.000 millones de euros desde 2019 y antes de 2025, cifra que elevará hasta los 220.000 millones en 2030. En la actualidad, ya ha respaldado iniciativas sostenibles por un valor superior a los 96.000 millones. Con los proyectos de energías renovables apoyados, se ha generado energía como para abastecer a una ciudad tres veces mayor que Londres.
«Los bancos tenemos un papel fundamental en esta agenda de sostenibilidad, tanto para nuestros propios compromisos y responsabilidades como para nuestros clientes, cuya actividad financiamos y a los que proporcionamos asesoramiento», destacan. «En el camino hacia un mundo más sostenible, estamos llamados a financiar esa transición y nuestros esfuerzos son permanentes por integrar los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG por sus siglas en inglés)».
En esta línea, Banco Santander es miembro fundador de los principios de la Banca Responsable de Naciones Unidas. En estos se señala que la banca debe integrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU en su estrategia, fijar objetivos, medirlos, cuantificarlos y reportarlos. «La fijación de objetivos concretos es esencial, como empresa y para ayudar a la sociedad a afrontar los retos y los desafíos globales a los que nos enfrentamos», subrayan.
Banco Santander contribuye de forma directa a varios de los ODS. Los 8, 13 y 16 son en los que más impacta su actividad, pero también han alcanzado compromisos con otros entre los que se encuentran algunos directamente relacionados con el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. También respaldan proyectos de eficiencia energética y soluciones de transporte más limpio (7); infraestructuras sostenibles, promoción de acceso a la vivienda asequible (11); o reducción de la huella ambiental y compensación del consumo de sus operaciones internas (12).
Para fomentar esta nueva cultura empresarial basada en los ODS, Santander inició en 2022 un programa formativo ESG muy sólido. En España, cerca de 18.000 empleados del banco han completado una formación básica obligatoria a la que se suman dos niveles superiores de certificación en sostenibilidad y en ESG. Este tipo de formación, indican, se ha vuelto necesaria para poder brindar una oferta de valor a los clientes, que contemple criterios medioambientales y sociales.
Así, entre sus productos encontramos hipotecas bonificadas para viviendas con una certificación de eficiencia A y B, préstamos para reformas y rehabilitaciones de eficiencia energética, préstamos específicos para coches ecológicos, financiación de puntos de recarga, autoconsumo y soluciones fotovoltaicas… además de otras iniciativas no financieras.
Resalta la herramienta de medición de huella de carbono que pusieron en marcha en 2022. En concreto, a través de la app del banco, donde aportan consejos sobre cómo reducirla o la posibilidad de compensarla. Además, también han puesto en marcha la posibilidad de reciclar las tarjetas Santander caducadas o deterioradas para transformarlas en mobiliario urbano para las ciudades, así como otras fórmulas que ofrecen para acompañar a los clientes y a la sociedad en su transición.
«Intentamos también acompañar a las pymes con soluciones como, por ejemplo, el primer sello de sostenibilidad validado por AENOR o el acompañamiento en la elaboración de su estado de información no financiera», informan. Ahora nos encontramos en un momento de cambio y de reto en el que las pymes tendrán que hacer frente a nuevas necesidades de reporte. Por eso, Santander les proporciona la una herramienta para el cálculo de su huella de carbono.
Todo ello le ha valido a Banco Santander recibir la máxima calificación y situarse en la Lista A de cambio climático de 2022 que publica cada año CDP, organización especializada en impacto ambiental. El banco ha sido reconocido por su liderazgo en transparencia y acción contra el cambio climático a nivel global, mejorando el resultado de 2021. Santander es una de las 280 empresas reconocidas con una ‘A’, por su divulgación medioambiental de entre unas 15.000 corporaciones.
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