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Ecosistemas

La extinción de las abejas: una Amenaza Global

Los polinizadores contribuyen a la seguridad alimentaria y son indispensables para conservar la biodiversidad

Las abejas son fundamentales para el mantenimiento de los ecosistemas
Las abejas son fundamentales para el mantenimiento de los ecosistemasarchivo

Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los murciélagos y los colibríes, están cada vez más amenazados por los efectos de la actividad humana. Sin embargo, su actividad es fundamental para la supervivencia de los ecosistemas y para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Casi el 90 por ciento de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse y el 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización.

Para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible, las Naciones Unidas declararon en 2017, el 20 de mayo como Día Internacional de las Abejas, con el fin de llamar la atención sobre el papel determinante que juegan en la cadena biológica y muy especialmente en la cadena alimentaria.

El declive de las abejas

A pesar de su importancia los polinizadores, y más concretamente las abejas, están cada vez más amenazadas por la pérdida de hábitats, las prácticas agrícolas poco sostenibles, la deforestación y la contaminación. Todos estos factores, sumados a las alteraciones en el clima global y a las amenazas biológicas que las hacen más susceptibles a enfermedades, están reduciendo de forma acelerada su capacidad de supervivencia.

En consecuencia y de acuerdo con Naciones Unidas, es crucial proteger y restaurar los hábitats naturales de las abejas, también lo es la implementación de prácticas agrícolas más sostenibles, junto con el apoyo a la investigación científica y el monitoreo de sus poblaciones para comprender mejor las amenazas que enfrentan y poder desarrollar estrategias efectivas de conservación.

7 curiosidades en torno a las abejas

La danza de la abeja

Las abejas se comunican entre ellas mediante un sistema muy complejo y sofisticado, que incluye vibraciones y feromonas. Aunque la mas famosa es la llamada “danza de la abeja”, en la que utilizan una serie de movimientos para informar a sus compañeras sobre la ubicación de fuentes de alimento como flores, agua o nuevos lugares para anidar.

Sentido del olfato

Las abejas tienen un sentido del olfato extremadamente agudo, que les permite identificar flores y comunicarse con su colmena.

despensa alimenticia

Se estima que un tercio de los alimentos que consumimos depende de la polinización de las abejas. Sin la polinización que realizan, muchos de los alimentos que consumimos diariamente serían escasos o inexistentes

Tipos de abejas

Existen aproximadamente 20.000 especies de abejas en el mundo. Sin embargo, las más conocidas son las abejas melíferas, que producen miel, y las abejas solitarias, que no viven en colonias.

Ciudad-colmena

Las colmenas son colonias muy organizadas y jerárquicas. En una colmena, hay una reina, cientos de zánganos y miles de obreras. Cada tipo de abeja tiene un rol específico.

La reina: Es la única abeja reproductora de la colmena y puede poner hasta 2.000 huevos por día. Los zánganos: Su función es aparearse con la reina. Después, los zánganos mueren. Las obreras: Realizan todas las tareas para que la colmena funcione, incluyendo la recolección de néctar y polen, la construcción de celdas de cera, el cuidado de las larvas y la defensa de la colmena.

La producción de miel

Para producir aproximadamente 450 gramos de miel, las abejas deben visitar alrededor de 2 millones de flores y volar una distancia equivalente a más de tres vueltas alrededor del mundo.

Cómo ayudar a las abejas

Cada persona puede contribuir a la protección y conservación de las abejas mediante pequeñas acciones: Plantar flores que proporcionen néctar y polen; evitar el uso de pesticidas y optar por métodos de control de plagas más naturales; apoyar la apicultura local y consumir miel producida de manera sostenible; Crear hábitats amigables para las abejas, como jardines silvestres o hoteles para insectos.