
Medio Ambiente
Lana de oveja o astillas de castaño para cuidar la naturaleza
El Centro de Investigación Forestal de Lourizán y la energética Naturgy colaboran en un proyecto pionero en el que ensayan cubiertas biodegradables bajo los tendidos de media y alta tensión.

El objetivo del proyecto es que estas cubiertas frenen el crecimiento de vegetación, de manera que, por un lado, se reduzcan los trabajos de limpieza del matorral y por otro actúen a modo de cortafuegos.
Según informa Naturgy, mantener limpio el entorno de las líneas eléctricas en indispensable, tanto para garantizar la calidad del servicio eléctrico como para disponer de un área de protección frente a fuegos forestales, pero no siempre es tarea fácil, especialmente en aquellas líneas de media y alta tensión que atraviesan zonas de orografía complicada y densa vegetación.
Controlar el crecimiento de esta vegetación puede ayudar a reducir la frecuencia de las tareas de desbroce que se deben llevar a cabo para el correcto mantenimiento de las infraestructuras y, en consecuencia, minimizar el impacto ambiental asociado a estas actuaciones. Además, especialmente en zonas dominadas por arbustos, podría contribuir a que las áreas ubicadas bajo las líneas eléctricas actuaran de manera más eficiente como cortafuegos, con posibles beneficios en la prevención de incendios forestales.
Proyecto pionero
Para conseguir el objetivo, UDF, la distribuidora eléctrica de Naturgy, ha firmado un convenio de colaboración con el Centro de Investigación Forestal de Lourizán, en Galicia, en un proyecto pionero de investigación, denominado “Estudio de Gestión de la Vegetación bajo Líneas Eléctricas Aéreas” y que tiene como objetivo ensayar nuevos métodos para limitar el crecimiento de vegetación bajo las líneas eléctricas.
Actualmente, UFD explota 116.000 km de líneas eléctricas en España, y muchas de ellas discurren por zonas forestales, donde se hace necesario realizar un mantenimiento periódico de la biomasa para garantizar los niveles de calidad del suministro y cumplir con la legislación de prevención de incendios forestales.
El proyecto propone dos estrategias principales para reducir el crecimiento de esta vegetación, por un lado, la instalación de coberturas sobre el terreno; y por otro, la plantación de especies rastreras y de bajo porte que no requieran mantenimiento, con el fin de que, a medio o largo plazo, puedan desplazar y sustituir a la vegetación no deseada.
Para las coberturas se han seleccionado cuatro materiales biodegradables, ácido poliláctico, un polímero que se obtienen principalmente del maíz forrajero; astillas de castaño y restos de podas de parques urbanos, que presentan la ventaja de contar con una elevada carga de taninos, que son inhibidores de las malas hierbas y lana de oveja, un material biodegradable que, se utiliza como método de control de malas hierbas y como material ignífugo.
Plan de ensayos
El estudio tiene un plan de ensayos programado para analizar su evolución durante tres años. Al final de esta experiencia se evaluarán los resultados, desde un punto de vista técnico, ambiental y económico que, de resultar favorable, podrá determinar el marco de cara a su implantación progresiva en los tramos de línea que se consideren adecuados.
La idea no es aplicar los métodos ensayados de forma generalizada en toda la red de distribución eléctrica, sino identificar y seleccionar aquellas técnicas que resulten más eficaces para ser implantadas en zonas concretas, como pueden ser áreas de difícil acceso para los equipos de mantenimiento, espacios protegidos u otras localizaciones con sensibilidad especial, como las afectadas por especies invasoras.
Cómo ayudar a la naturaleza
El Día Mundial de la Protección de la Naturaleza, celebrado el 18 de octubre e incluido en el calendario anual por Naciones Unidas en 1972, resalta la importancia de reaccionar frente a amenazas como la deforestación, la contaminación y el cambio climático.
Actualmente uno de los principales objetivos de Naciones Unidas es conseguir un mundo más sostenible, a través de la Agenda 2030, para lograr que los países se desarrollen sin afectar a la naturaleza, sino aprovechando los recursos renovables que esta posee.
Entre las acciones más efectivas la ONU destaca, el uso de energías renovables, el reciclaje de materiales como el plástico, el mantenimiento ecológico de vehículos o el cambio a opciones más limpias, la construcción de infraestructuras verdes, la generación de compost doméstico, el uso de bolsas reutilizables y la reducción de la huella de carbono.
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