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Signus

Signus avanza en su descarbonización

La reducción de la huella de carbono de Signus ha alcanzado ya el 30 por ciento desde 2018.

Logotipo oficial del Registro de la Huella de Carbono
Logotipo oficial del Registro de la Huella de CarbonoSignus

Ese fue el año en que comenzaron su proyecto, no solo de reducir el impacto en términos de huella de carbono de su actividad, también de hacerlo de manera metódica y rigurosa verificarla e inscribirla en el Registro de la Huella de Carbono de la Oficina Española de Cambio Climático, (OECC). Y ser, además, el primer sistema de responsabilidad ampliada del productor, SCRAP, en dar ese paso.

Calcular la huella de carbono, certificarla y registrarla tienen un carácter voluntario, y pone de relieve, negro sobre blanco, los esfuerzos de las empresas, las administraciones y las organizaciones de todo tipo por, primero, calcular y conocer con precisión las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que genera su actividad; segundo, reducirlas; y, por último, compensarlas. l

Creado en 2014, el Registro de la Huella de Carbono es una medida de lucha contra el cambio climático, porque su objetivo es fomentar entre las organizaciones españolas, precisamente, el cálculo y reducción de emisiones de GEI derivados de su actividad.

Como opción voluntaria, las entidades que lo solicitan, como Signus, asumen públicamente un compromiso voluntario de acción climática. Y, al inscribirse en el registro, que es público a través de la página web del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Miteco, hacen un ejercicio de compromiso y transparencia.

¿Qué es la huella de carbono?

Empezando por el principio: ¿qué es la huella de carbono? Es la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidas para la obtención de un determinado producto o servicio, o, si se trata de organizaciones, para la realización de su actividad.

En el caso de Signus, como entidad que gestiona el sistema que hace posible el reciclaje de neumáticos fuera de uso, se trataría de todas las emisiones de GEI directas e indirectas resultantes del desarrollo de su cometido. Es decir, las derivadas de sus propias instalaciones y las de las actividades de los gestores del sistema, como los transportistas y las plantas de tratamiento de los neumáticos fuera de uso.

Mejorar la gestión ambiental del sistema

Signus decidió iniciar este proceso de registro en 2017, como vía para mejorar la gestión ambiental de los neumáticos fuera de uso en todo su ciclo. Que no solo consiste en organizar toda la logística de su recogida en los talleres, también abarca la actividad en las plantas de tratamiento y encontrar aplicaciones para los subproductos resultantes.

Por ello, además de las medidas para reducir su propia huella de carbono, que al ser la de unas oficinas es bajo, Signus optó por involucrar a todos los actores del sistema para que avanzaran en su propia eficiencia energética individualmente, es decir: que se registraran también. Es más, en todos los procesos de selección de proveedores para los servicios de recogida, Signus valora de forma positiva que los aspirantes acrediten la medición de su propia huella de carbono.

La reducción del 30% ahora alcanzada por Signus abarca el cómputo de las emisiones del trienio 2018-2020, que se compara con las del trienio siguiente, 2019-2021. Para ese primer periodo Leticia Saiz, directora de Desarrollo e Innovación de Signus, explica que «actuamos sobre las emisiones de nuestra propia actividad, en las oficinas. Es decir, la electricidad, la calefacción, consumos de combustibles de los vehículos, los viajes, etc.»

Plan de reducción de emisiones y buenas prácticas

Para el segundo periodo, establecieron un Plan de Reducción de sus emisiones, que ha sido el que ha dado ese resultado de un 30,09 % menos respecto al anterior y que ya recoge algunos resultados de las mejoras introducidas por los proveedores.

¿Cuál ha sido el punto que ha marcado la diferencia? Saiz enumera varias acciones: «contratamos una comercializadora eléctrica que tiene garantía de origen renovable certificada, con lo cual son emisiones cero y eso ya disminuye mucho el total. También en materia de gestión de viajes, siempre que no fuera imprescindible la presencialidad se han evitado los desplazamientos y optado por videoconferencias y en los viajes desde la oficina se opta por el tren siempre que es posible. Todo va sumando».

Además, se implementaron una serie de «buenas prácticas pare mejorar en eficiencia energética. Por ejemplo, se dio formación en conducción eficiente a nuestros delegados de zona, para que pudieran reducir el consumo de combustibles; se han cambiado algunos vehículos para incorporar eléctricos y se han optimizado las rutas de recogida de los neumáticos usados en los talleres».

Calcular las emisiones de todas estas supone recopilar metódicamente los datos de todos esos consumos a partir de facturas, etc., «es un trabajo complejo e importante, en cuanto a volumen, que requiere mucho tiempo, sobre todo si realmente lo quieres hacer bien. Supone un esfuerzo serio para entidades y empresas pequeñas en cuanto a recursos humanos».

¿Por qué tanto esfuerzo y trabajo?

En su caso la motivación es clara: «aunque no estamos obligados, lo hacemos porque consideramos que tenemos la responsabilidad de ser un ejemplo para las plantas con las que trabajamos. Desde Signus lo promovemos y le damos la importancia que tiene para motivarles, porque esta fase de reducción es la más importante. Y porque redunda en que la gestión del neumático no solo cumpla los principios de la economía circular, también en hacerlo de la forma que en términos de acción climática sea mejor».

La recopilación de información se hace siguiendo unos pasos y procedimientos, en su caso los contenidos en la norma ISO-140064-1 que es la base para contabilizar

las emisiones de GEI corporativa de una empresa o entidad y que ha verificado y certificado AENOR.

Con los datos de ese primer periodo se hace una media y se compara con la media de los del siguiente, y esa diferencia es la que marca la cifra final. Y, en su caso, la muestra objetiva de que el programa de reducción dio resultados.

De cara al siguiente trienio, el plan es seguir la línea de trabajo. «De hecho ya hemos solicitado los datos de consumos a todos los gestores con los que trabajamos, para empezar a cuantificar los datos de la actividad de 2022».

El propósito de todo esto es, señala Saiz, «primero, actuar como ejemplo, ser un efecto tractor para que toda la cadena de gestión calcule su huella de carbono y avance para tener el menor impacto posible. De hecho, ya venimos actuando, en los procesos de selección de nuestros proveedores, para que los gestores registren en la OECC su huella de carbono. Que, además, muchos han visto en esto una herramienta para identificar qué medidas hay que tomar para reducir su huella de carbono, que, al final, redunda en una reducción de sus costes económicos. Optimizar rutas, consumir menos energía, etc., es un beneficio económico claro para las empresas. Además de que valoramos positivamente a las que tienen ese registro. No lo hemos hecho obligatorio, de momento, pero sí es más competitivo».

Otra medida positiva: «fue ampliar el periodo que tenían contratado las plantas de tratamiento si invertían en instalación de placas fotovoltaicas para autoconsumo. Porque las trituradoras y los molinos de granulación de los neumáticos consumen mucha energía, el eléctrico es su mayor consumo. Por eso les hemos animado a incorporarse al autoconsumo y muchos lo han hecho y otros están en vías de hacerlo. El resultado de eso lo veremos en los datos de 2023».

¿Cuándo llegarán a un balance de emisiones neto, que es cuando ya no se puede reducir más y comienza la fase de compensación?«lo tenemos en nuestro plan y está en nuestro horizonte. Estamos andando ese camino, desde luego».