SUV

Kia Sportage: llega la quinta generación

El nuevo todocamino asiático aterriza en España con un diseño completamente nuevo, un aspecto futurista, una dinámica muy mejorada y motorizaciones híbridas. A la venta desde 23.500 euros

Kia Sportage
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El nuevo Kia Sportage llega con argumentos más que suficientes para volver a ser un súper ventas en el mercado SUV dentro de su categoría, en la que alcanza ya su quinta generación con un histórico excepcional para la marca en cuanto a ventas y captación de nuevos clientes. Un SUV diseñado y concebido para el mercado europeo que estrena una innovadora plataforma, la N3, diseñada para albergar todo tipo de mecánicas, las convencionales de combustión o las más sofisticadas y electrificadas. También impacta por su imagen exterior, con mucho carácter, con grandes ópticas diurnas en un formato muy vertical y bastante exclusivo, fácilmente identificable desde la distancia, con los faros semiocultos formando parte de la peculiar rejilla delantera. El nuevo Kia Sportage estrena versión híbrida y de gasolina y diésel con tecnología mild hybrid de 48V. Todo ello permite a la gama Sportage, prácticamente desde el inicio de su comercialización, ofrecer una completísima variedad con todo tipo de soluciones mecánicas.

Ligeramente más grande que la versión precedente, también está mejor aprovechado el espacio interior y destaca tanto por confort de marcha y baja rumorosidad como por la abundancia de equipamiento, más propio de versiones de segmentos superiores. El habitáculo es muy cómodo y la capacidad del maletero llega a los 591 litros que, con los asientos traseros abatidos, puede llegar a los 1.780 litros.

La consola frontal, con sus peculiar diseño curvo da prioridad al conductor, que lo tiene todo fácilmente a la vista dando forma a un habitáculo con un aspecto muy tecnológico pero al mismo tiempo muy funcional y agradable tanto al tacto como a la vista. La enorme pantalla táctil de cristal líquido TFT de última generación es de 12,3 pulgadas, y tanto el conductor como el pasajero pueden gobernar desde ahí multitud de funciones de conectividad, información y entretenimiento. Entre los gadgets que más nos han gustado a simple vista está el compartimento para el teléfono con cargador inalámbrico, los puertos USB de carga rápida y más aún el espectacular sistema de sonido Harman Kardon.

El nuevo Kia Sportage llega con fuerza con una gama motriz muy completa, como es de esperar de una marca como Kia que tiene todas las tecnologías y soluciones vigentes. Así, las versiones HEV (híbrido) tienen las baterías bajo los asientos de la segunda fila y en el caso del Sportage PHEV que emplea una batería de mayor tamaño, entre ambos ejes para conseguir el mejor reparto de pesos posible. Además, en este caso se ha buscado que no hubiera merma de espacio en el interior respecto a las versiones de combustión, y así es.

Tanto el híbrido como el híbrido enchufable y el mild hybrid emplean el mismo motor de combustión, el T-GDI de 1,6 litros, un potente cuatro cilindros en línea turbo con distribución variable de 180 CV que encaja perfectamente con el nuevo Sportage. En el caso de la versión Plug-in Hybrid, el tope de gama, combina este motor con uno eléctrico de 66,9 kW (91 CV) de potencia y entre ambos ofrecen 265 CV. El híbrido combina el motor de gasolina de 180 CV con un motor eléctrico de 44,2 kW (60 CV) de potencia para ofrecer un rendimiento conjunto de 230 CV, que no está nada mal. Es el que más utilizamos en nuestra toma de contacto, y lo cierto es que no necesita más fuerza el Sportage para «volar» en las mejores carreteras, con un consumo más bien ajustado que pasaba a algo glotón cuando se le pierde el respeto al acelerador.

Híbrido y diésel

Por su parte, el Sportage MHEV recurre al mismo motor de gasolina con hibridación ligera y dos opciones de potencia, una de 150 CV y otra de 180 CV. Los partidarios del diésel también tienen opciones, en su caso con el motor de 1,6 l con 115 CV o 136 CV y este último también asociado al sistema de hibridación ligera (MHEV).

Mecánicas para todos los gustos y todas ellas de última generación y sobresaliente carga electrificada que se puede combinar con cajas de cambios automáticas de doble embrague con siete velocidades, manual de seis velocidades y solo en el caso de las versiones MHEV junto al cambio manual inteligente de seis velocidades. Al volante, se trata de un coche cómodo y muy silencioso, especialmente las versiones híbrida e híbrida enchufable. Además, el nuevo Sportage incorpora una nueva suspensión con control electrónico de la amortiguación, que no es una suspensión activa, pero consigue un efecto similar y un gran confort de marcha y también mucha seguridad. El sistema controla los movimientos de la carrocería y la dirección por medio de un pequeño ordenador que minimiza los movimientos, el cabeceo y el balanceo de la carrocería en el paso por las curvas. El resultado es realmente agradable y un elemento diferenciador respecto a la competencia.

Tracción total

El buen comportamiento dinámico gana no pocos enteros en el caso de las versiones de tracción total porque también de forma electrónica el sistema se encarga de distribuir la potencia entre ambos ejes para garantizar igualmente la mejor capacidad de tracción evitando el deslizamiento de cualquiera de las ruedas. Y si esto ya parece rizar el rizo, con el Sportage podemos ir un poco más allá gracias a la adopción del sistema Terrain Mode, pensado para los usuarios más aventureros o que disfrutan abandonando el asfalto, porque el Sportage equipado con este sistema de forma automática ajusta la electrónica para evitar las pérdidas de tracción sobre cualquier superficie. El Sportage cuenta con una sobresaliente dotación de tecnologías de seguridad ADAS además de una estructura de la carrocería reforzada y todos los airbag posibles. En Kia los sistemas de asistencia a la conducción se llaman «DriveWise» y este incluye multitud de asistencias, como la que se encarga de evitar colisiones en los cruces, la asistencia para la conducción en autopista o el control cruise inteligente para mantener la distancia con el vehículo precedente y adaptar la velocidad en función de los datos ofrecidos en tiempo real por el navegador, como por ejemplo en una zona que está en obras.