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Los mecánicos instan a envolver los limpiaparabrisas con plástico por la noche: para qué sirve

Un gesto sencillo —dicen los profesionales— que puede traducirse en una conducción más segura y sin sorpresas al amanecer

Los mecánicos instan a envolver los limpiaparabrisas con plástico por la noche: para qué sirve y qué evita esto
Los mecánicos instan a envolver los limpiaparabrisas con plástico por la noche: para qué sirve y qué evita estoistock

En talleres y carrocerías, envolver los limpiaparabrisas en una delgada película de plástico al final de la jornada se ha convertido en un gesto rutinario. Aunque desde fuera puede parecer un procedimiento excesivo, los profesionales aseguran que es una práctica simple, rápida y eficaz para prolongar la vida útil de las escobillas y evitar problemas comunes.

Los limpiaparabrisas, la barrera silenciosa entre el conductor y el clima, son especialmente vulnerables en el entorno de un taller. El aire comprimido puede liberar vapor de aceite, el pulido genera una fina niebla en suspensión y pequeñas partículas de pintura flotan en el ambiente. Estos residuos se adhieren fácilmente al caucho, deteriorando el borde de la escobilla. Según los mecánicos, cubrirlas evita el contacto con polvo, niebla química y restos de pintura, factores que pueden deformar, resecar o corroer el material.

Además de proteger frente a contaminantes, la película actúa como defensa frente a la exposición al aire. El caucho es sensible al ozono y a los rayos UV, que producen microgrietas conocidas como grietas por ozono, responsables del chirrido y la pérdida de limpieza al barrer el parabrisas. El plástico también evita que, en noches frías, las escobillas se adhieran al cristal, lo que puede desgarrar el borde en el primer movimiento por la mañana.

Los especialistas recomiendan limpiar la goma antes de envolverla, utilizar film transparente o plástico de pintor y fijarlo con cinta de pintor en los extremos, sin comprimir en exceso para no deformar la escobilla. También señalan que no se debe usar cinta adhesiva agresiva ni envolver las escobillas mojadas tras un lavado, ya que eso puede provocar empañamiento o residuos al usar los limpiaparabrisas.

Esta práctica no solo se aplica en talleres. Según los profesionales, también resulta útil en vehículos estacionados al aire libre, donde el plástico evita que el rocío, el polvo de la calle o la savia de los árboles se acumulen durante la noche.

Aunque muchos conductores prescinden de este hábito, los mecánicos insisten en sus beneficios: mayor vida útil de los limpiaparabrisas, menos ruidos, mejor visibilidad bajo lluvia y menor probabilidad de deterioro prematuro.

Puntos clave del método

  • Evita contaminantes como polvo, solventes y niebla de pintura.
  • Reduce el envejecimiento por rayos UV y ozono, previniendo grietas por ozono.
  • Impide que las escobillas se congelen y se adhieran al parabrisas en noches frías.

Un gesto sencillo —dicen los profesionales— que puede traducirse en una conducción más segura y sin sorpresas al amanecer.