Política

Vox se disuelve en el Parlamento murciano. ¿Y ahora qué?

López Miras estudia ya la forma de afrontar los siguientes meses, en los que tendrá que negociar los Presupuestos de 2023

El presidente de la Comunidad de Murcia, Fernando López Miras (c), saluda a la diputada de Vox Mabel Campuzano en presencia del portavoz de Vox en el parlamento murciano Juan José Liarte (2d) y el portavoz del Partido Popular Joaquín Segado (d)
El presidente de la Comunidad de Murcia, Fernando López Miras (c), saluda a la diputada de Vox Mabel Campuzano en presencia del portavoz de Vox en el parlamento murciano Juan José Liarte (2d) y el portavoz del Partido Popular Joaquín Segado (d)Marcial GuillénAgencia EFE

Lo importante es hablar de las personas, y no de los políticos. Así lo afirmaba el pasado viernes el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, tras conocer el vuelco parlamentario que tuvo lugar en la Asamblea Regional con la marcha de los diputados de Vox, Mabel Campuzano y Pascual Salvador, al Grupo Mixto, disolviendo así la formación parlamentaria. Un apoyo con el que el Gobierno regional contaba para poder aprobar asuntos tan importantes como los Presupuestos Regionales de 2023 en los que el Ejecutivo ya trabaja, y que ahora se queda sin mayoría parlamentaria.

El presidente descartó, no obstante, que se pueda poner en riesgo la estabilidad del Ejecutivo, y apuntó a que lo importante ahora es «hablar de los presupuestos generales y de una crisis económica y social. No me gusta que se hable de cuestiones de política y de partido, sino de los ciudadanos y de soluciones que mejoren la vida de los murcianos».

No obstante, hablar, hay que hablar. La marcha de la también consejera de Educación, Mabel Campuzano, al Grupo Mixto llegó por no sentirse «integrada ni por un partido que no me quiere entre sus filas, ni por unos compañeros que me han tenido al margen de la actividad y de las decisiones del grupo». Conocidas en la Región son las desavenencias entre Campuzano y sus otros dos compañeros «liberales» de Vox, Juan José Liarte y Francisco Carrera, quienes intentaron tener injerencias en las competencias de la Consejería cuando también llevaba Cultura, momento en el cual la consejera amagó con abandonar también la formación.

Uno de los episodios más recientes de discrepancias entre miembros de los expulsados ocurrió el pasado mes de febrero, cuando Campuzano cesó al entonces director del Instituto de Industrias Culturales y de las Artes (ICA), José Ramón Palazón, alegando «falta de confianza» dada la cercanía de éste con Francisco Carrera. No obstante, desde el Gobierno regional se desautorizó el cese, y se optó por «recolocarle» en Hacienda. Esto quebró la Consejería y obligó a dividir competencias, y finalmente fue el actual consejero de Presidencia y Turismo, Marcos Ortuño, quien asumió la cartera de Cultura.

Esa actitud desafiante de los diputados murcianos de Vox -a excepción de Pascual Salvador, único fiel a Santiago Abascal, y que quedó al margen de los castigos de Madrid- lleva produciéndose desde 2020, cuando Liarte y Carrera despidieron al personal contratado en Murcia por la dirección nacional e, incluso, y prohibieron al entonces secretario general, Javier Ortega Smith, tener acceso a las cuentas asignadas al grupo, quitándole de la titularidad.

Esto provocó que tanto Liarte, Carrera y Campuzano fuesen expulsados de la formación, hasta que un juez de primera instancia de Cartagena obligó al partido a readmitirlos por «vulnerar los derechos constitucionales de asociación y participación pública».

Desde ese momento, los tres diputados fueron los «díscolos» de Vox, y se aliaron así con los populares de López Miras, a quienes dieron su apoyo votando en contra de la moción de censura presentada por PSOE y Ciudadanos a cambio de la Consejería de Educación.

Poco más de tres años de polémicas, enfrentamientos y conflictos internos que, ahora, con la salida de dos de los diputados al Grupo Mixto, la formación se queda sin el mínimo de tres diputados, por lo que deberán marchar todos y perderán la asignación parlamentaria de 19.455 euros al mes.

Tras abandonar sus escaños bajo la marca Vox, los parlamentarios también pierden así su puesto al frente de las Comisiones de Investigación de la Asamblea Regional, mientras que el propio Francisco Carrera dejará de ser secretario general de la Cámara autonómica.

Las miradas también se posan sobre el presidente murciano, quien podría dar un nuevo giro al final de la legislatura y remodelar el Consejo de Gobierno. Actualmente, cuenta con Campuzano y con dos de los tres expulsados de Ciudadanos, Isabel Franco y Valle Miguélez.

Liberados de los «ex»

Quien goza ahora de mayor margen de maniobra es el presidente provincial de Vox en Murcia, José Ángel Antelo, quien sí que cuenta con el apoyo de la dirección nacional de cara a las próximas elecciones. Antelo aplaudió la marcha de Campuzano y aseguró en redes que, desde la disolución del grupo, «nadie podrá utilizar en Murcia el nombre de Vox para beneficiarse de un proyecto leal con los murcianos al servicio de España».

En este sentido, anunció que contará con el único afín a Abascal, con Pascual Salvador, para «seguir siendo la voz del sentido común y la verdad en la Asamblea de Murcia».

Los «ex» de Vox contra Vox
El último movimiento de los ex de Vox contra el partido se vivió hace apenas unas semanas. Liarte es vocal del Instituto Español de Estudios Políticos, y Carrera es esposo de la presidenta de dicho centro.
El organismo fue el que organizó la polémica participación de la excandidata a la presidencia de Andalucía, Macarena Olona, en una charla en la Universidad de Murcia, donde ya anunció su intención de marcar su propio camino político. «Es solo el principio».