
Economía
Piden un plan de choque en Alicante contra el insecto de Sudáfrica que daña la granada mollar, los cítricos y la uva de mesa
Piden a la Conselleria una red de monitorización para controlar la plaga de trips en la Vega Baja y el Campo de Elche

La Vega Baja, comarca del sur de la provincia de Alicante, tiene el sobrenombre de la huerta de la Comunidad Valenciana, al ser una tierra de agricultores. En esa zona, al igual que en Campo de Elche, los agricultores han dado la voz de alarma porque consideran que la Generalitat Valenciana, la Conselleria de Agricultura para ser exactos, debe actuar de manera contundente para frenar la plaga conocida como trips de Sudáfrica; el nombre técnico de la plaga es Scirtothrips aurantii. En esa zona es en la que por primera vez apareció una plaga tan letal como incontrolable, según explica la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Alicante, Asaja.
De ahí que Asaja exija una “respuesta más responsable y sensata con la realidad que atraviesan los agricultores ante el grave problema que supone la plaga del Scirtothrips”, según su presidente, José Vicente Andreu. En concreto, Asaja plantea a la Conselleria de Agricultura que implante una red de monitorización en las dos zonas donde actualmente está teniendo más repercusión, en la Vega Baja y el Campo de Elche.
A juicio de Asaja, se trata de una acción necesaria para impedir el avance de este insecto que está generando pérdidas cuantiosas al agricultor, por la dificultad que puede tener a la hora de comercializar sus cultivos debido a las manchas que causan en la piel del fruto. En este sentido, Asaja recuerda que estas marcas son solo estéticas y no afectan al interior; ni a su calidad ni a su sabor.
“La administración autonómica no puede permitir que en la próxima campaña, cultivos como la Granada Mollar, los cítricos y la uva de mesa mantengan el mismo nivel de plaga que hemos sufrido en 2024”, agrega Andreu.
Difícil de controlar
La asociación agraria alicantina explica que el trips es muy difícil de controlar por dos motivos, en primer lugar es un insecto muy pequeño y se refugia en lugares de la planta que solo los expertos son capaces de valorar en sus primeros estadios de desarrollo. “Los
agricultores no tienen medios a su disposición para detectarla de una forma precoz; lo que evitaría altas tasas de proliferación”, agrega.
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En segundo lugar, una vez instalada, “la plaga tiene una capacidad de proliferación brutal, imposible de controlar, por lo que el agricultor observa los daños cuando ya son irremediables”, asevera el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu.
Medidas insuficientes
Asaja señala que la orden que publicó hace unos días la Conselleria de Agricultura para su control es muy genérica y deja toda la responsabilidad al agricultor, cargándole con un sobrecoste que no puede asumir tanto en medios humanos, maquinaria y productos fitosanitarios. Para abordar la situación, Asaja ha pedido una reunión con la Conselleria de Agricultura para pedirle que sea la administración quien actúe para frenar la plaga de trips.
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