Roban los instrumentos a Morat en Madrid y a Ilegales en Barcelona

En el plazo de apenas cuatro días, dos grupos que actuaban en España han denunciado el robo de sus instrumentos. Por un lado, los colombianos Morat hicieron público en redes sociales que habían sufrido la sustracción de un banjo y una guitarra. El grupo pasó varios días en Madrid promocionando el concierto que el domingo por la noche ofrecieron en el WiZink Center, el cierre de su gira “Balas perdidas” que congregó a 15.000 espectadores en la capital.

Los colombianos se tomaron lo sucedido con humor: “Si ven a alguien caminando por ahí con un banjo o una guitarra, ayúdennos, escríbannos, llamen a la Policía”, escribieron en redes sociales, previo paso por comisaría par denunciar los hechos. Pese al contratiempo, Morat encontraron nuevos instrumentos (éstos son esenciales en sus directos) y ofrecieron una actuación más que convincente en Madrid, que es su segunda casa.

De otra manera se tomaron Ilegales el robo o más bien, el desvalijamiento de su equipo en Barcelona. La banda española, que dio el viernes por la noche un bolo que calificaron de “glorioso y eufórico” lamentaban en el amanecer del sábado los hechos: “El despertar del sábado no ha sido tan bueno: nos han robado seis instrumentos. Lo que no podrán robar jamás son las ganas de tocar y la habilidad para hacerlo.¡Salud!”, escribían en Twitter.

Entre los instrumentos, había dos guitarras Fender Stratocaster, una Telcaster y una Gibson que han calificado de “reemplazables”, mientras que Roberto Nicieza, bajista de la emblemática banda, lloraba la pérdida de un bajo Fender Precision Elite II de gran valor sentimental para él. Incluso facilitaba, por si alguien se encontrase con él, el número de serie del instrumento: E31416. El grupo está inmerso en su gira “Rebelión Tour” hasta el próximo mes de febrero. “No se roba el instrumento a un músico, hijos de puta”, avisaba Nicieza.

Hace pocos días, Ozzy Osbourne ofrecía una recompensa a quien le ayude a encontrar los instrumentos que pertenecían al fallecido miembro de su grupo Randy Rhoads, que habían sido sustraídos de una escuela de música a la que habían sido donados. Ozzy se tomó los hechos de forma personal y ofrecía una generosa recompensa de su propio bolsillo a quien ayude a encontrar a los ladrones.