Opinión
No es Trump
Le dolió votar a favor de «suspender motivadamente y de forma cautelar y provisional por un año al señor Villar» en aquella Comisión Directiva del CSD, unánime en el veredicto, del 25 de julio de 2017. Villar cumplía su quinto día en prisión y la suspensión era otra condena. Pudo abstenerse Rubiales, o rebelarse contra la mayoría; actuó en conciencia y llegó el desencuentro; luego, la moción de censura, innecesaria cuando la solución definitiva eran las elecciones, tras la inhabilitación de aquél. Las fechas volaban como las metas en una carrera ciclista. Recursos, aplazamientos, zancadillas, disgustos –en ambas candidaturas por decisiones como la última del TAD– y al final del camino, la urna. Y la victoria de Rubiales, que ha hecho durante ese tránsito más kilómetros que el baúl de doña Concha Piquer. Miles y miles, entre vestuarios, despachos, programa y pedagogía. Pero estaba tan convencido de la victoria que dimitió de la presidencia de la AFE.
Se la jugó. Midió el calibre del reto y de los contendientes, porque enfrente no estaba sólo Juan Luis Larrea. Son rivales todos los que votan al adversario, y los que abogan por el triunfo de «cualquiera que no sea Rubiales» son enemigos acérrimos, varios y poderosos. Tiene tarea por delante, más que tiempo para ejecutarla. Dijo en su primera alocución presidencial que el «cambio es imparable». Desde luego, no es Trump. No va a levantar muros, ha tendido puentes; pero ya no preside un sindicato. Se impone un cambio de talante, otro «traje». Revolucionará la RFEF sin tocar lo que funciona: Lopetegui, Hierro, Vilda... Ni es Trump ni Donald, el pato. Es Rubiales, presidente de la Federación.
✕
Accede a tu cuenta para comentar