Opinión

Ronaldo y Bale sacan los pies del tiesto

¿Y el Madrid otra vez campeón de Europa? Sí, como de costumbre. Pero en medio de la celebración, de la euforia lógica e incontenible, de la felicidad, en suma, alguien pensó que la ventanilla de reclamaciones estaba abierta. Bale, el héroe de la final, va a mandar a su agente al club para que le garantice la titularidad o se va. Quizá sabe que está en el escaparate. Una chilena y un regalo del portero Karius le han dado argumentos para exigir. Pero hay más, mucho más en un día tan grande. Cristiano Ronaldo eligió el momento más inadecuado para insinuar que su tiempo en el Madrid podía haber concluido, que tiene que hablarlo. Inoportuno CR. Y egoísta. La noche de la Decimotercera, de la fiesta grande del madridismo, no es para hacerse el «prota». Ni tacto ni generosidad. Y el Real Madrid, ¡trece veces campeón de Europa! Las tres últimas consecutivas con Zidane en el banquillo. Eso sí es importante. E historia.

El Madrid no perdona a los débiles y mantiene candente el idilio con «su» competición; aprovecha cada regalo. Dos le hizo el portero Karius, el mayor desastre «red» en una final que no fue un partidazo. Parecía contenido el Madrid y el Liverpool, pese a su entrega, no desbordaba. Y se le rompió Salah, clave en el operativo ofensivo. Fatalidad, también la de Carvajal, roto a continuación. Podrían perderse el Mundial, de ahí su desconsuelo. A falta de calidad y de jugadas extraordinarias hubo detalles. Tres minutos llevaba Bale en el campo –entró por Isco– cuando vio llegar el balón de Marcelo, cogió altura, no demasiada, se colocó de espaldas a la portería y con la zurda bombeó. No fue la portentosa chilena de Cristiano a la Juve; fue la de Bale una chilena con más intención que estética, pero tan efectiva que se convirtió en el 2-1, después del primer regalo del portero a Benzema y del empate de Mané, que invitaba a soñar al Liverpool, hasta que el galés, otra vez él, tiró desde fuera del área y las manos de Karius se doblaron. El 3-1, definitivo. Fiesta en el césped, en las gradas, en Cibeles... Y a todo esto, la reclamación de Gareth y el enigmático mesaje de Cristiano. ¿Que fue bonito mientras duró? ¿Será que lo de Neymar va en serio?