Opinión

Inoportuno

Iba a ser el día de Griezmann, que tampoco lo fue porque continúa callado y manteniendo en vilo a la afición atlética, y fue el día de Julen Lopetegui, entrenador del Real Madrid desde el instante en que España termine de jugar el Mundial, que ojalá no sea antes del 15 de julio, para regocijo de todos. La Federación ingresará dos millones de euros por el traspaso de su seleccionador al actual campeón de Europa. Es la cláusula, no el deseo. El anuncio del fichaje lo hizo el Madrid y cayó como una bomba en la concentración de la Selección y en los aledaños. Sonó el teléfono rojo en Moscú, tal y como habría imaginado Stanley Kubrick, y Rubiales, a quien nadie avisó del trasvase, ni siquiera el club comprador, poco o nada elegante para la ocasión, salió pitando hacia Krasnodar: Lopetegui, con quien firmó una renovación hasta 2020 nada más pisar la RFEF, cambia la Ciudad Deportiva de Las Rozas por la de Valdebebas sin previo aviso. Entre los nombres que sonaron para vestir al santo que desnudó Zidane, el de Lopetegui fue uno, pero muy tenue. Pochettino, Klopp, Allegri, Löw, Guti, Míchel... entrenadores posibles e imposibles colgaban como bolas navideñas del arcoíris blanco; un nombre tras otro encadenados todos a negociaciones fantasmas o reales. En éstas, tal y como sugirió que haría antes del Mundial, el Madrid atajó la sorpresa de la fuga de Zizou con otra de calibre similar. Ha dado en el clavo, pero no en el tiempo ni en la forma. A Lopetegui no le fue mal en Oporto, donde una vez que ya era seleccionador, una camarera del restaurante donde citó a Casillas para decirle que no contaba con él fotografió el encuentro, regaló la instantánea a un amigo español y periodista y chafó el secreto...

A Lopetegui le va mejor con la Selección, hasta ahora. Desde que relevó a Del Bosque, hace 20 partidos ya, no ha perdido ninguno. La Selección juega bien con Julen, que la ha dotado de variedades tácticas, que ¡le hizo un set a Argentina! y empató en casa de Alemania; aunque en los últimos amistosos las sensaciones no han sido extraordinarias. El Madrid ha llamado a Lopetegui, que fue de la casa (blanca), y éste ha dicho «sí», no porque algunas de las últimas salidas de la RFEF y el modo en que se han producido le hayan disgustado, es que le ha reclamado su club y no se ha resistido.