Opinión
Yo, Leonor
A mí no me miren que yo, hasta el momento, no he hecho ná. Por no hacer, ni he dicho, que soy Hellen Keller la de Ana Sullivan, ciega, sorda y muda, una canción de la Shakira. Se lo dije ayer a nuestrohijoFelipe: desde luego, me tenéis contenta. Ni un solo día desde que llegué a este mundo me habéis dado un momentito de paz. Cuando no son los titos, son las titas, cuando no los primos, cuando no las primas, cuando no es Altibajos con sus altibajos, cuando no es mi hermana que me saca media cabeza y cuando no, llega el yayo y hace el más difícil todavía, el palo sobre la cabra. Porque, oigan, otra cosa me la pueden negar, pero este campanazo no se lo esperaban. Se nos ha ido hasta la mano con el guión. Esto se cuenta en una película y la gente se sale a la mitad por inverosímil. Yo ya he dicho en casa que, si al yayo no le place la República Dominicana, me voy yo por no hacerles un feo a aquellos millonetis. Yo me inmolo gustosamente y me voy de turné porque, como dijo en su día el yayo y nadie le quiso escuchar con ese lema que ha llevado siempre a rajatabla «como fuera de casa no se está en ningún sitio». Hoy he ido a pasarle un poco la mano por el lomo a Altibajos. ¿Recuerdas, mama (sin acento que se que no lo soporta), cuando decían que una plebeya iba a acabar con la monarquía? Altibajos ha puesto cara de sabes que no me gusta que digas esas cosas, pero yo he visto por el rabillo del ojo en una zona en la que aún no se ha pinchado vitaminas una pícara sonrisa. Lo malo de todo esto es que me lo están poniendo muy difícil para llamar un poquito la atención y no acabar siendo una sin gracia. ¿A que me busco un Ponce de la vida?
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