Opinión

Yo, Leonor

Yo es que, les digo la verdad, no entiendo esta gira por Mallorca. No sé por qué se nos saca del palacito ese en el que nos recluyen los veranos, con lo bien que estamos ahí todos sin hablarnos, sin tenernos que ver ni nada. Para empezar, Altibajos va siempre vestida que es una institutriz inglesa, que yo se lo dije el otro día. Hija, pues por fin vas disfrazada de la verdad. Que no le gustó porque a ella no le gusta nada, así en general, no se vayan a creer que yo le amargo la mañana. El caso es que Altibajos va de estricta gobernanta; nuestrohijoFelipe de moderno de pueblo; mi hermana So va de giganta herida, que es lo que yo me digo para mis adentros: pero cómo no se va a caer y hacerse una brecha, si ese cuerpo no está proporcionado con la edad ni con la cabeza. Que hay que ser más recortadita, como servidora, que pongo ojos de princesa con sueño y tumbo a los republicanos, coñe. Y luego está otro asunto que es el yayo, que a nosotras no nos cuentan porque yo lo largo al primero que me cruce. Dónde está el abuelo, que resulta que se ha ido esa persona a algún sitio, a cada cual más incómodo y está el país que no hace de cuerpo ni con Manasul. Que si a una playa eterna, que si a un paraíso de las libertades, que si está retocándose la carita y que igual vuelve como Kiko Matamoros. Nosotros, mientras tanto,campecheando por los barrios desfavorecidos de la isla. Que cuando una niña me preguntó a qué me quería dedicar ni me dejaron responder, porque si yo respondo y Altibajos se perturba, es el Krakatoa a tó lo que da. Así que ella contestó por mí, que es una cosa que me encanta cada vez más. «Lo que tiene que, no lo que quiere». Ñiñiñiñi. Y Vds, su verano, ¿bien?