Yo, Leonor

Ya lo dijo mi abuelo y, al parecer, lo ha llevado a rajatabla toda su vida: como fuera de casa no se está en ningún sitio. Qué aburrimiento supremo, qué verano me han pegao los tortolitos. No, es que hay que visitar a la gente que lo está pasando mal y concienciar sobre el uso del trapo este de mierda que me suda el bigote lo más grande. Que es lo que le dije a Altibajos y me llevé un pescozón: Llevadme a una discoteca, leche, que ya verás cómo conciencio yo a los súbditos. Cómo no voy a tener ganas de volver al colegio, si hay monjas encerronas que han pasado mejores agostos que el mío, que es que ya, ni la tele nos dejan ver a la giganta de mi hermana y a mí. Que es que en esta casa somos dos prisioneras, que hemos ido a Mallorca pero es como si hubiéramos estado en una cárcel turca. Toda la movida para que no nos enteremos de nada del abuelo, ya ves tú. Que es lo que le dije a Altibajos y me llevé una colleja en la cepa de la oreja: No estéis escondiendo chismes que las noticias son tan frescas como que se haya muerto el Cid. El caso es que hemos estado toda la familia desparramada porque aquí ya no se aguanta nadie y, qué quieren que les diga, que casi mejor, porque llevamos unos años tan suertudos y tranquilos que, nos reunimos, y salimos de coronavirus hasta las patas. Que es lo que le dije a Altibajos y me llevé un pellizco en la pierna: Menos mal que, estoy convencida, los primos Pipe y Vicky Frigorífica se habrán cuidado mogollón y seguro que no se han saltado ninguna norma. Ay, cuánto envidio al yayo, que está por ahí, toleando como las vacas sin cencerro. Que es lo que le he dicho a Altibajos: Espero que, cuando servidora se dé al jolgorio, también se respete y se distinga mi esfera privada. Efectivamente, me he llevao un zapatillazo.