Opinión
El chisme
Yo ya he dicho aquí que soy muy de Francisco, ¿no? Me gusta mucho, además, lo nervioso que pone al personal y el lío que monta allá por donde va. Este Papa disfruta con el contacto con la gente e imagino que está viviendo esta pandemia con bastante tristeza, así que, desde aquí mi cariño para Él y mis mejores deseos para que pueda recuperar eso que le da gasolina y que no es otra cosa que manejarse entre seres humanos. Bien, dicho lo cual, tengo que anunciar aquí que le voy a faltar a Francisco en uno de los últimos consejos que nos ha dado, concretamente el que dio el pasado domingo en el Ángelus. «Por favor, hagamos un esfuerzo para no criticar. La crítica es una peste peor que la Covid. Si no van bien las cosas, rezar y corregir al hermano, pero nunca criticar». Yo ya digo desde aquí que me va a costar bastante, porque yo critico mucho. Mato por un chisme. Lo siento, soy así. Pero, tengo excusa: yo pongo como un trapo a mucha gente porque gracias a criticar, no salgo a matar. Y no mancho tampoco. Mato en el corazón, pero no mancho el suelo y es una obra de caridad con los demás. No está bonito, porque no está bonito ir cortando trajes, vamos a decirlo todo, pero es que relaja una barbaridad. Y además, si no se lo cuentas al interesado, pesa menos el pecadillo porque la sinceridad está sobrevalorada. Se pone a caldo a ese ser humano y te quedas con desahogo, tranquila, y ves las cosas de manera más positiva. Ojo, que no es cosa de mujeres, esto no tiene género. Y a partir de este instante pueden Vds poner a servidora a caer de un burro pero es que se me ha hecho bola la pandemia y necesito escribir de otras cosas y pensar en otros asuntos y dejar de ver imágenes de residencias de ancianos a los que maltratan. Es terapia, tengan compasión.
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