Opinión

El cuaderno de Chapu Apaolaza: España on the rocks

Este calor, esta tormenta y este deshielo como de abrir el congelador en una tarde de agosto. Se funden los casquetes polares, se funde Oriol Junqueras y otras cosas como los plomos, que también se funden. El president se encontró con Don Felipe en Barcelona y después no se quedó a cenar, pero ¿Acaso no somos afortunados? O es que no ves a Aragonés convertido en monaguillo de la consagración de la nueva era del entendimiento, hombre de paz, niño Lama del destino de los pueblos elegidos. Cuánta felicidad, cuánto resplandor; toda esta luz, ¿no nos va a costar un dinero?

Entramos en una nueva era porque hay que entender que gracias a los indultos, el presidente de la Generalitat da la mano a España. Es cierto que después dejó al Rey y al presidente surcoreano colgados en una cena y que se mostró maleducado, pero solo la mitad de lo maleducado que pudo mostrarse, y esto dicen que hay que agradecérselo a que el Gobierno haya sacado a sus compañeros de la cárcel. El independentismo está entrando en razón o es que no lo veis, si Pere apareció en una foto con el Rey y le dijo ‘Hola qué tal’, y dicen que va desarmado, rendido, vamos. Estamos aragonesamente salvados. Hemos ganado. Leo los editoriales y estoy mucho mejor y ya me veo caminando por las veredas de esta nación de naciones como de otra manera, casi con dos cubitos, vaso ancho y copa de balón, un coctel de concordias que si lo mueves suena clin-clon cuando el hielo -ya deshelándose- choca contra las paredes de cristal fino del vaso, esta cosa como de brindar todo el rato por nuestras propia derrota, que es algo tan nuestro y que bautizaremos como ‘España on the rocks’.

También se dice que ya era hora de ponerle fin a todo este lío y este calentón del golpe constitucional que terminó en el lío de Cataluña, pues todos tuvimos la culpa por la polarización, la judicialización y otras cosas que terminan en ‘-on’ que en ningún caso son sededición. Y lo de ETA, qué locura, por no dialogar. Se nos fue la olla, ¿no?

Luego se entera uno de que los CDR detenidos pretendían presuntamente fabricar bombas probablemente por el simple placer de ver volar cosas por los aires y buscaban las matrículas de los coches de los políticos de la oposición llevados por la curiosidad. Ya no quieren matarnos y esto es, sin duda, un triunfo.

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