Rey Felipe VI
Felipe VI o la libertad
«Felipe VI representa la libertad frente a los antisistema, comunistas, podemitas, secesionistas y bilduetarras»
José Varela Ortega ha escrito uno de los tres grandes libros de historia publicados en España en los últimos cien años –España, un relato de grandeza y odio– junto a España, un enigma histórico, de Sánchez Albornoz y España en su historia, de Américo Castro. «Felipe VI ha tenido suerte histórica –me dijo hace unos días–. Los que defienden liquidar el sistema son los comunistas, los podemitas, los separatistas y los bilduetarras. Él encarna el Estado de Derecho, la democracia pluralista plena, la libertad, en definitiva, y gentes de relieve que apoyarían la República están hoy con Felipe VI, que significa la defensa de los derechos humanos y la libertad».
La sagacidad del historiador acierta de lleno. El triunfo de los que quieran liquidar el sistema significaría la deriva hacia una fórmula castrista, hacia una experiencia venezolana, del todo rechazable desde el punto de vista de la libertad. El Partido Socialista Obrero Español, el Partido Popular, Ciudadanos y Vox están a favor del orden constitucional, a favor, en consecuencia, de nuestra Monarquía parlamentaria, alineada con las otras Monarquías democráticas europeas que se encuentran entre las naciones políticamente más libres del mundo, socialmente más justas, económicamente más desarrolladas, culturalmente más progresistas.
Los que defienden los derechos del hombre y la libertad se manifiestan en toda España, Cataluña incluida, al lado de Felipe VI y en contra de los exégetas del castrismo, los comunistas, podemitas, secesionistas y bilduetarras, atizados, como diría Valle-Inclán, por los vientos que bordonean su naufragio.
Frente a ciertos corsés históricos, la Monarquía parlamentaria representa la modernidad y el futuro libre y democrático en contra de los apologistas del furor totalitario. Tal vez por eso la popularidad de Felipe VI se eleva en todas las encuestas por encima del 70% frente al 4 o el 5% de los líderes políticos mejor valorados.
El Rey, por encima de campañas desmesuradas, orquestadas por los antisistema, ha sabido mantener a la Monarquía parlamentaria, desde la serenidad y la moderación, como una plataforma neutral sobre la que se solucionan en paz y orden los problemas que agobian a la ciudadanía.
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