BCE
El BCE y su plan anticrisis
«La fragmentación es una obviedad, porque la convergencia europea ha sido y es una utopía»
Al final ha sucedido lo que era previsible. La subida de los tipos tiene un efecto negativo para economías débiles y desequilibradas como la española o la italiana. Los listos profesionales que forman el BCE han tenido que convocar una reunión urgente. Lo que más me gusta de la economía contemporánea son los nombres pomposos que utilizan para las medidas que adoptan o las teorías que inventan. Esto es fundamental para mantener la «magia». El lenguaje nunca ha sido algo baladí y desde las antiguas escuelas de Comercio, donde se formaban magníficos profesionales, hasta nuestros días es fácil comprobar cómo «adoran» los tecnicismos, unas veces para encubrir sus errores y otras para justificar su existencia como buenos tecnócratas. En esta ocasión han decidido activar un instrumento «antifragmentación». Mi primera reacción fue pensar en las granadas, pero se trata de calmar a unos mercados de deuda dispuestos a recuperar la antipática prima de riesgo. Otro término que produce pavor, aunque es de una lógica que tiene siglos de antigüedad. A un buen número de economistas les encanta complicar la explicación de los acontecimientos, por regla general muy simples, con el fin de mostrarse imaginativos o abrumar con sus conocimientos.
No hay nada mejor que recordarles que hasta hace muy poco los economistas eran historiadores, filósofos o juristas. Y, en algunos casos, todo ello a la vez. Las economías de los denominados países periféricos tienen graves problemas estructurales, pero la triste realidad es que en un mundo globalizado afecta a todos miembros de la Unión Europea. No querer verlo y entenderlo nos conduce al desastre, porque las crisis son cíclicas, nadie quiere aplicar medidas impopulares, nuestros Estados son muy pesados y caros de mantener y, finalmente, tenemos un déficit público y un nivel de endeudamiento tan catastróficos como estratosféricos. La subida de tipos de interés en medio de una situación tan volátil, sumidos en la incertidumbre y con una espectacular carencia de materias primas es una decisión muy arriesgada. La fragmentación es una obviedad, porque la convergencia ha sido y es una utopía. La UE se fue ampliando de forma desordenada y buscando sólo la dimensión. La ficción es muy peligrosa en el terreno económico cuando llegan tiempos turbulentos. Al final, todo se reduce a saber quién y cómo se pagará.
✕
Accede a tu cuenta para comentar