Pedro Sánchez

El diálogo según los independentistas

«El autoritarismo de los independentistas donde gobiernan está más que acreditado. Han utilizado las instituciones para silenciar a las minorías y los discrepantes»

Con motivo de la decisión de extinguir el delito de sedición y abaratar la malversación para favorecer a políticos corruptos, porque corrupción no es solo llevarse el dinero, escuchamos a los independentistas hablar de diálogo frente a judicialización. Es un insulto a la inteligencia, así como una burla a la democracia por aquellos que querrían destruir España. No hay más que recordar cómo aplican el concepto «diálogo» en el País Vasco o Cataluña. El autoritarismo de los independentistas donde gobiernan está más que acreditado. Han utilizado las instituciones para silenciar a las minorías y los discrepantes. Un disparatado proyecto de golpe de Estado, como el ultraderechista que se ha desarticulado en Alemania, o la intentona del depuesto presidente Castillo en Perú no sería sedición, pero tampoco desórdenes públicos. Al final será libertad de expresión. Es un escenario muy favorable para que los independentistas hagan lo que quieran. Sánchez ha tomado una decisión arriesgada, aunque está convencido de que no tendrá coste. Uno de los argumentos es remitirse a los indultos, aunque es bueno recordar que desde entonces no se han celebrado elecciones generales.

Es cierto que han desaparecido los lazos amarillos, pero es debido a que ERC cumple su hoja de ruta. El «embajador» de La Moncloa se ha encargado de convencer a Sánchez y Junqueras de que el cordón sanitario contra el PP es la mejor solución para que las izquierdas, los antisistema, los independentistas y los filoetarras ganen las elecciones. Esto permitirá que sigan las cesiones a cambio de garantizar la gobernabilidad. Es decir, «pan para hoy, hambre para mañana». Este proceso de jibarización del Estado es muy pernicioso. A este paso, tendremos unos territorios exentos, como si fueran estados libres asociados, y otros que serán las «granjas» para nutrir de recursos a los primeros. El socialismo ha entregado el País Vasco, Cataluña y Navarra a los independentistas, aunque gobiernen formalmente en dos de ellos en coalición. Hay que ver que sucede con Galicia, porque le entregarán el poder al BNG antes de permitir que gobierne el centro derecha. Hemos pasado de un socialismo constitucionalista a uno que ejerce de comparsa de formaciones independentistas en los territorios que dominan y que si logra mantener el gobierno será a cambio de hacer debilitar al Estado.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).