
El bisturí
Las bajas laborales baten récords en la España de Sánchez
Es el ejemplo perfecto de descoordinación estatal aderezado por la estulticia de los ministros
Tal vez no copen las portadas de los periódicos ni abran los informativos, pero España tiene un grave problema con ellas. Son las bajas laborales por enfermedad, disparadas a raíz de la pandemia. El agujero que están causando a las empresas y a las arcas públicas es sencillamente colosal. El dinero que se gasta en el absentismo injustificado destroza la competitividad del país y resta fondos que podrían ser muy útiles para otros menesteres, como la educación, la sanidad, la dependencia y las pensiones. El problema de las bajas es que como competen a varias administraciones todas miran para otro lado y nadie lo solventa. Es el ejemplo perfecto de descoordinación estatal aderezado por la estulticia de los ministros responsables que ya vimos en la lucha contra los incendios. Los últimos datos de este roto sideral, de este agujero por el que se dilapida el dinero público sin que nadie parezca rasgarse las vestiduras proceden de AMAT, la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo, que no para de desgañitarse junto con las patronales dando la voz de alarma e insistiendo en que el descalabro no solo afecta a los productores, sino a la sociedad en su conjunto. En 2024, los procesos iniciados de Incapacidad Temporal por Contingencias Comunes fueron más de 8,7 millones. ¿Son muchos o pocos? Son un 6,93% más que en 2023 y un 121,55% más que en 2015. Alguien dirá que en este periodo también aumentó la población protegida por las entidades gestoras y por las mutuas, y es cierto, pero no lo hizo, desde luego, en la misma proporción. En concreto, el crecimiento de la población protegida en 2024 fue de un 2,49% con respecto a 2023 y de un 24,92% con respecto a 2015. Pero no solo crecen los procesos iniciados, también lo hace la duración media de las bajas. Hoy, dicha duración de los procesos finalizados se cifra en 42,59 días, un 7,85% más que en 2023. Tremendo. Pero más lo es aún un dato que concentra la gravedad de lo que sucede en el entorno laboral: el número equivalente de trabajadores que no acudieron ningún día a trabajar por este motivo en 2024 fue de 1,66 millones. Esta cifra representa un aumento del 14,13% con respecto a 2023, y del 119,07% con respecto a 2015. ¿A qué coste asciende todo esto? Una vez más, los datos de AMAT son terroríficos. El coste de los procesos de las empresas cubiertas por la Seguridad Social asciende a más de 29.114 millones de euros. De ellos, más de 15.014 millones corresponden al coste de las prestaciones económicas a cargo de la Seguridad Social, y más de 14.100 millones son en concepto de coste directo para las empresas, entendiendo por tal la suma del coste de las prestaciones económicas, el de complementos y mejoras, y el de las cotizaciones. ¿Es mucho o es poco ese coste total? Pues es un 14,96% superior al registrado en 2023 y un 186,95% superior al contabilizado en 2015. El problema de las bajas laborales es que son como una pescadilla que se muerde la cola: la izquierda y la ultraizquierda entienden que endurecer su control atentaría contra los trabajadores y les obligaría a ir enfermos a su empleo, pero no haciéndolo, dilapidan un dinero que podría ir dirigido a recortar las listas de espera y a mejorar la salud de los trabajadores, lo que a su vez acortaría los procesos. Como no lo hacen, los tiempos para la incorporación al trabajo se dilatan. Un dislate.
✕
Accede a tu cuenta para comentar