Cástor Díaz Barrado

Parálisis

La Razón
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La política exterior de los Estados Unidos se encuentra paralizada. No sabemos cuáles son sus principales objetivos ni tampoco conocemos aquellos sectores y regiones en los que los norteamericanos quieren centrar su acción exterior. Hay un discurso demasiado denso y plagado de confusión. Las palabras lo ocupan todo y no se advierten hechos que apunten en alguna dirección particular. Los intercambios de acusaciones y amenazas entre el régimen de Corea del Norte y los Estados Unidos se han sustanciado, finalmente, con la participación de los norcoreanos en los Juegos Olímpicos de invierno que tendrán lugar, en breve, en su vecino, Corea del Sur. La incertidumbre rodea a la política exterior estadounidense y seguimos sin poder determinar cómo quedarán las relaciones con México y cuál será el futuro del tratado de Libre Comercio de América del Norte. La administración norteamericana está empeñada en no resolver las incógnitas que anuncia constantemente el Presidente Trump. Las preocupaciones se centran en los asuntos internos que también se encuentran en estado de parálisis. Así, el Congreso no ha sido capaz de aprobar el presupuesto que abastezca de fondos a la administración norteamericana. Nada se resuelve de manera inmediata y, menos aún, queda claro cuál será el futuro de las relaciones de los Estados Unidos con multitud de Estados y Organizaciones internacionales. Vivimos la política exterior del azar. Las decisiones parecen tomadas pero siguen rodeadas de inconsistencia. Tampoco sabemos qué sucederá en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos ni las medidas políticas y económicas que se harán realidad. Lo único cierto y con perniciosos efectos en las relaciones internacionales ha sido la instauración de la Embajada en Jerusalén. Aunque cabría confiar en que esta decisión no se llevará a efecto. Nada es como parece y todo evolucionada a un ritmo desconocido. Mientras tanto, Rusia y China siguen asentando su política exterior. Está demostrado que «América primero» no funciona, al menos, en las relaciones internacionales.