IVA

Estímulo para los autónomos

Con el nuevo año se cumple una de las reivindicaciones históricas de los autónomos y de las pequeñas empresas, que ya no tendrán que abonar el IVA en el momento de extender la factura, sino cuando se haya hecho efectivo su cobro. La medida está incluida en la Ley de Emprendedores, una de las reformas de más calado puestas en marcha por el Gobierno de Rajoy, y servirá para acabar con uno de los mayores obstáculos a los que se enfrentaban los pequeños empresarios –obligados a pagar las tasas de unas facturas que, en muchos casos, no llegaban a cobrar o lo hacían con enormes retrasos– y que, al estallar la crisis, ha condenado al cese de la actividad a decenas de miles de pequeños negocios. Ayer, el presidente de la Asociación Española de Trabajadores Autónomos (ATA) recordaba que sólo en el último año estos emprendedores tuvieron que adelantar más de mil millones de euros «de IVA facturado y no cobrado». Se calcula que se beneficiarán del nuevo sistema más de dos millones de pequeños y medianos empresarios, lo que, sin duda, contribuirá a la creación de empleo. Asimismo, entran en vigor las reducciones fiscales para las inversiones en I+D, y para las pymes que aborden la renovación de sus herramientas y medios de producción. Mucho se espera del éxito de estas medidas, pensadas para revitalizar uno de los sectores claves del tejido productivo español que, además, es el que crea mayor número de puestos de trabajo, y que, por su naturaleza de medidas destinadas al estímulo, eran el complemento indispensable a la política de ajuste fiscal y de reducción del déficit público. En concreto, con el nuevo IVA de caja, será el Estado quien financie, hasta su cobro en 2015, lo que antes correspondía a los autónomos. Pero, como hemos expresado reiteradamente, lo esencial en el proceso de la recuperación económica era que ésta se hiciera desde unas bases firmes y renovadas, en el que la norma fuera el cumplimiento de las condiciones contractuales y no los impagos. Conseguido esto último, con las nuevas normas de pago a proveedores y la puesta a cero de la enorme deuda acumulada por las administraciones durante los años de bonanza, se puede abordar la imprescindible reducción del esfuerzo fiscal que propicie la recuperación del consumo. Las perspectivas son buenas, tal y como expresan todos los indicadores, y permiten encarar este 2014 con renovada confianza. También ayer, el ministro de Economía, Luis de Guindos, sin optimismo exagerado, se atrevía a pronosticar que la recuperación del empleo será más significativa que las previsiones con que se elaboraron los Presupuestos. Buenas noticias que ya tienen su reflejo en el incremento de las inversiones extranjeras, la reactivación del crédito o la recuperación de la Bolsa.