La era de las máquinas

Elon Musk lo viene diciendo desde hace años. Las máquinas lo van a ocupar todo. No habrá trabajo que no pueda realizar un robot inteligente, de esos que nos mostraban en las películas de ciencia ficción, pero que ya son realidad. Curioso que la filmografía americana muestra siempre, con décadas de antelación, todo cuanto va a suceder en el mundo de una manera u otra. Las máquinas están ya construidas y preparadas para ejercer de camareros, barrenderos, obreros y/o escritores, por ejemplo. Pensábamos que un robot solo sería capaz de suplir un trabajo manual, pero eso está ya más que superado. Un misil que, disparado desde Tel Aviv, entra por la ventana de una casa en Moscú e impacta de lleno en su objetivo, es en realidad un robot super-inteligente capaz de hacer mucho más que lo que puede desempeñar cualquier ser vivo. Los drones de Azerbaiyán que cegaron las defensas armenias en Nagorno Karabaj son robots preparados para desempeñar lo que ningún hombre puede en realidad. Existen ya soldados robots y perros robots y amigos robots. En Barcelona se han presentado estos días las cinco máquinas más curiosas del MWC. Podrían haber sido 25 o 100, en realidad, pues el actual avance de las tecnologías es inabarcable. Pero la Feria Mobile de BCN nos ha mostrado camareros baristas, máquinas que te sirven café con rapidez y precisión, mejor que cualquier hombre o mujer dedicado a la hostelería. O un robot niñero de origen taiwanés que canta, baila, da clases de inglés a los más pequeños al tiempo que cuida de ellos. O Liku, el aparato que te hace compañía si eres una persona mayor y necesitas cariño. Es un humanoide surcoreano que hará pronto innecesario a los cuidadores de ancianos. O Sofía, la gran conversadora de origen y nacionalidad saudita. O el robot pianista ZTE de China, que toca el piano como si fuera Chopin.

Hay que desengañarse. Los robots van a poder hacer cualquier tipo de trabajo. Serán médicos y enfermeros y periodistas que forjarán artículos y presentarán telediarios. Escribirán libros y, lo que es más extraordinario aún, dominarán el mundo cuando la IA supere a la Humana, como vaticinaba Stephen Hawking que sucedería algún día. Ese día ya está por aquí. Los robots conducen los aviones y dirigen coches. Operan ya a las personas en los hospitales. Tocan la guitarra y coordinan orquestas. Solo les queda ser o parecer humanos. Pero en eso están. Han sido creadas máquinas inteligentes que se alimentan de neuronas «vivas» para actuar como las personas. O xenobots vivientes 3.0 que pueden auto-replicarse. O drones que imitan a la perfección a los pájaros. Ya han creado en laboratorios cacharros vivientes que se reproducen como seres orgánicos. Y hasta un «cerebro ciborg» con neuronas de personas que supera a la inteligencia artificial. La ciencia avanza en el mundo entero, en ocasiones fuera de control. Los resultados son realmente imprevisibles.