Las correcciones

Más gasto en defensa para protegernos de Putin (y de Trump)

Cuanto más puedan demostrar las potencias europeas su compromiso militar, más posibilidades tendrán de contrarrestar la amenaza rusa

El desprecio de Donald Trump sobre la OTAN no es una bravuconada más de quien encabeza los sondeos electorales en Estados Unidos a nueve meses de las presidenciales del 5 de noviembre. La retórica del favorito republicano envía un peligroso mensaje a los enemigos de Occidente con el que se pueden sentir lo suficientemente confiados como para lanzar un órdago a la grande contra la Alianza. Estas inquietudes no residen únicamente en el plano teórico o académico. En el curso de los últimos meses Suecia, Dinamarca o Estonia han advertido de que Rusia podría atacar a un país de la OTAN en un futuro cercano (entre tres y diez años) y en consecuencia, cómo hemos explicado en estas páginas, han llamado a la ciudadanía para que se prepare para la guerra. La declaración de Donald Trump de que "animaría" a Rusia a "hacer lo que le dé la gana" con los aliados de la OTAN que no gasten lo suficiente en defensa ha encendido las alarmas en Europa. Durante su primer mandato, el magnate neoyorquino no ocultó su irritación ante los aliados que no llegaban al 2% del PIB en el gasto militar. Mostró especial inquina hacia Alemania por ser una superpotencia económica, pero un enano militar, gracias, claro, al paraguas norteamericano. Pero el sugerir que ignoraría la cláusula de la defensa mutua -el Artículo 5 del tratado- sobre el que se asienta la arquitectura de la seguridad colectiva construida por Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial va un paso más allá. Las bravatas, sin embargo, podrían tener un efecto boomerang. Los coqueteos cada vez más explícitos de Trump con Rusia y su reconocida admiración del presidente Vladimir Putin podrían enajenar a los votantes del Midwest que tienen grabado a fuego la Guerra Fría contra el comunismo. Por muy rezagados que seamos los europeos a la hora de cumplir con nuestros compromisos de defensa, no parece que Estados Unidos pueda contar con unos aliados más fiables que nosotros para enfrentar las amenazas del nuevo orden mundial.

No obstante, nos haríamos trampas en el solitario si no aceptamos que las palabras de Trump destapan una incómoda realidad y es que sólo once países de la OTAN gastaron el 2% de su PIB en defensa en 2023. Trece países de la UE no lo hicieron, entre ellos Alemania, Francia, Italia y España. La OTAN espera que este año 18 países alcancen el objetivo, un récord de gasto provocado por la guerra de Ucrania, aunque reconoce que todavía hay países a los que les queda un “largo recorrido” por delante. Cuanto más puedan demostrar las potencias europeas su compromiso de gastar más en defensa, más posibilidades tendrán de contrarrestar la amenaza rusa y el aislacionismo de Trump. Lo resumió muy bien el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, quien dijo que los aliados no deberían perder tiempo en especular sobre quién será el candidato presidencial de los republicanos, sino en "hacer nuestra tarea". Un mayor gasto repercute en la seguridad de Europa en un momento en el que un país candidato de la UE se enfrenta a una guerra de agresión contra Rusia que dura ya dos años. Pero también complacerá al posible próximo inquilino de la Casa Blanca. Armar a la OTAN para defendernos de Putin (y de las veleidades de Trump).