Tribuna

La necesaria investidura de Núñez Feijóo

La grave amenaza del triple perdedor de 2023 y sus socios independentistas

La necesaria investidura de Núñez Feijóo
La necesaria investidura de Núñez FeijóoRaúl

El 23 de julio, el Partido Popular recibió el 33% del voto y cuenta con 137 diputados, 48 más que en 2019. Se impuso en 40 de las 52 provincias, 13 de las 17 Comunidades Autónomas, Ceuta y Melilla. En el Senado cosechó 37 escaños adicionales y aumentó su mayoría absoluta. Con una subida de 3 millones de votos, el PP incrementó (o igualó en Cantabria y La Rioja) sus escaños en todas las CC.AA. En las elecciones autonómicas y municipales, el PP arrolló al PSOE. Gobierna en 12 Comunidades Autónomas, Ceuta y Melilla. El partido liderado por Alberto Núñez Feijóo arrebató 14 capitales de provincia al PSOE y encabeza el ayuntamiento en 30 de las 52. En una democracia normal nadie cuestionaría que un partido con tal hegemonía municipal, autonómica y estatal formara gobierno. Sumados a los 33 escaños de Vox y uno de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Feijóo roza la mayoría absoluta con 171 escaños.

El PSOE podría proporcionar apoyo parlamentario a un gobierno en minoría del PP si su verdadera preocupación es Vox. En toda Europa es habitual que el centroizquierda ampare al centroderecha, o viceversa. O podría abstenerse en la votación de investidura. Pero para el maquiavélico Pedro Sánchez todo vale para aferrarse al poder. En menos de dos meses perdió las elecciones autonómicas, municipales y estatales. Ya era el único presidente en haber llegado a La Moncloa sin ganar unas elecciones, mediante la moción de censura de 2018. Fracasó en sus cinco primeras votaciones de investidura (2 en 2016, 2 en 2019, primera en 2020) con solamente entre 124 y 131 diputados a favor. En 2015 rechazó una coalición PP-PSOE-Ciudadanos y una gran coalición PP-PSOE. A la sexta en 2020, por 167 a 165, el apoyo de siete partidos y la abstención de ERC y EH Bildu fue finalmente investido. Prefirió en 2020 una coalición con Podemos Unidas, que incluye al Partido Comunista de España. Sánchez gobernó para las CC.AA. de los partidos independentistas que le auparon al poder, Cataluña y el País Vasco. Sin una mayoría real en el Congreso, ha superado a todos los presidentes de gobierno desde la Transición con 138 decretos ley. Muchos fomentan la sociedad multigénero, abierta sin condiciones a la inmigración y ofuscada en la consecución de una economía sin carbono a cualquier precio.

La triple derrota de Sánchez en 2023 coincide con el descenso destacado de sus actuales y ansiados socios. Sumar perdió 4 escaños y 511.377 votos, ERC 6 (-407.051 votos), PNV 1 (-101.641) y Junts per Catalunya 1 (-134.741). Han desaparecido del arco parlamentario CUP, Partido Regionalista de Cantabria, Teruel Existe y Nueva Canarias, pertenecientes al bloque sanchista. Pretende la investidura con los escaños del PSOE (121), Sumar (31), ERC (7), (EH Bildu, 6), PNV (5) y BNG (1). Ahora además requiere del respaldo de los siete diputados de Junts, liderado por el prófugo Carles Puigdemont.

Sería útil que se pronunciaran Felipe González, Javier Solana, Joaquín Almunia y otros históricos líderes de un PSOE que entre 1982 y 1989 encadenó tres mayorías absolutas. Cuando González perdió la mayoría absoluta en 1993, rechazó coaligarse con Izquierda Unida y PNV y Convergència i Unió garantizaron la estabilidad de su ejecutivo. Después de las elecciones de junio de 2016, Mariano Rajoy logró la investidura con unos resultados casi idénticos a los del 23-J: 33% del voto, 8 millones de sufragios y 137 diputados.

Sánchez está dispuesto a desestabilizar uno de los estados más descentralizados de Europa. Junts reclama otro referéndum. Un tercer hipotético ejecutivo de Sánchez gobernaría para satisfacer a los extremistas catalanes y vascos. ¿El PSOE quiere realmente entregar a independentistas radicales de izquierdas vascos y catalanes lo que no lograron mediante el terrorismo y dos referéndums ilegales? Sánchez y su coalición de partidos perdedores ocasionarían una grave quiebra social y constitucional, amén de dejar a nuestra economía a la deriva. Favorecen además a las CC.AA. más ricas de España. Es surrealista que Sánchez quiera gobernar con partidos independentistas cuyo objetivo es la desaparición de las instituciones españolas que le mantienen en La Moncloa y que ha jurado defender.

En Europa a menudo un partido de centroderecha ha gobernado con un socio más escorado a la derecha. Sucede ahora en Italia con el apoyo de Forza Italia al Fdl de Giorgia Meloni. En Austria en 2000-2002 y nuevamente 2017-2019 el centroderecha del ÖVP fue secundado por la derecha dura del FPÖ. Vox ha perjudicado al PP proponiendo insensateces como la eliminación de las autonomías y la derogación de la ley del aborto. Le ha sido fácil a la izquierda asustar a potenciales votantes del PP y que se produjera un trasvase de votos de Sumar al PSOE. El liderazgo del PP debe moderar o ignorar a Vox. España necesita un gobierno moderado que disminuya el paro (12,8%, el más alto de la UE), aflore la economía sumergida, recorte los preocupantes déficits y deuda pública (4,8% y 115% del PIB, respectivamente), armonice la fiscalidad de las CC.AA., simplifique el calendario de festivos y apueste por el gas natural como puente hacia la economía sin emisiones de gases invernadero.

Dr. Alexandre Muns Rubiol.Profesor, EAE Business School.