Sin Perdón

Sánchez impone la ley del silencio en Madrid

Eso de la democracia interna, la transparencia y el buen gobierno en el PSOE no es asumible por el inquilino de La Moncloa

En realidad, no se tendría que preocupar por la organización socialista madrileña. Los militantes están acostumbrados a aplaudir las decisiones del líder. Los cuadros, que son muchos centenares, viven de los cargos municipales y gubernamentales. No hay nada mejor que engrasar la maquinaria con dinero para que nadie cuestione las arbitrariedades de Sánchez. La ejecución de Lobato no ha provocado ninguna crítica o escándalo en la fiel prensa sanchista. La llegada de Óscar López es contemplada con simpatía, aunque camina con paso firme a la derrota final. Eso de la democracia interna, la transparencia y el buen gobierno en el PSOE no es asumible por el inquilino de La Moncloa. A Guerra se le adjudicó la frase «el que se mueve no sale en la foto» que escenificaba el poder que tenía en la organización del partido. Era una exageración, porque Sánchez le ha eclipsado convirtiéndolo en una dura y cruel realidad. No contento con ello, quiere aplicar la ley del silencio en Madrid.

Esta frase siempre me ha gustado y hace referencia a una de las grandes películas de la Historia del Cine protagonizada por Marlon Brando y dirigida por Elia Kazan. No soy un pijo progre y prefiero no decir el Séptimo Arte. Es suficiente referirse al cine y su historia sin complejos, ya que es una de las expresiones artísticas más importantes. Brando tiene que enfrentarse a la corrupción, la extorsión y la humillación que existía en el mundo de los estibadores neoyorkinos controlados por el mafioso Johnny Friendly. Por supuesto, lejos de mi intención establecer un paralelismo con Sánchez, pero es muy interesante constatar que existe la corrupción sistémica en el PSOE, así como que la extorsión y la humillación se aplica con mano firme a los que discrepan de su voluntad. No es ninguna exageración, sino la constatación de una realidad que han sufrido muchos dirigentes. La ley del silencio en el socialismo madrileño es una decisión de la dirección nacional que ha expresado en una carta enviada a las agrupaciones, ya que quiere controlar la situación y conocer cualquier reunión. El mensaje es muy claro, ya que los militantes están al servicio de la voluntad del líder y ahora toca aplaudir con fervor la llegada de López.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).