La situación

Sobres con billetes

«Nadie manda más que quien esquiva los controles y contrapesos propios de las democracias liberales»

A principios de 2013, se hicieron públicos los conocidos como «Papeles de Bárcenas». Se trataba de unos documentos manuscritos, en los que aparecían nombres de dirigentes del PP, asociados al pago periódico de cantidades económicas, en concepto de sobresueldos abonados en dinero b: sobres con dinero en metálico. Ese deleznable episodio estaba conectado con otros, como el caso Gürtel. Y todos ellos juntos, finalmente, derivaron en la moción de censura con la que Pedro Sánchez derribó el gobierno de Mariano Rajoy en 2018.

El resultado lógico de lo ocurrido habría sido el destierro definitivo de determinadas prácticas, porque aprender en cabeza ajena es propio de seres inteligentes. No ha sido así.

Harán falta más pruebas para determinar si en el caso Koldo, además de otras aberraciones, también ha habido sobresueldos. Pero en los trescientos folios del último informe de la UCO hay datos suficientes para constatar que en el PSOE se manejó dinero en metálico, cuya procedencia no está acreditada en todos los casos, y que algunas de esas cantidades se entregaron en sobres con billetes. Así lo hizo el partido que estaba entonces –y está ahora– en el gobierno, y cuya vicesecretaria general es vicepresidenta y ministra de Hacienda. ¿Se puede tolerar que, con los antecedentes conocidos, el partido que gobierna realizara pagos en efectivo, incluso si estuvieran justificados?

Los sobres con billetes, los contratos (cobrando sin trabajar) a amigas del ministro, la prostitución, el lenguaje soez, las mordidas, las sospechosas actividades privadas de personas cercanas al presidente, el caso del fiscal general, el Tito Berni… Un gobierno del PP no sabría cómo sobrevivir a esta sucesión de espectáculos. Por el contrario, Pedro Sánchez está en un momento esplendoroso de su poder, porque nadie manda más que quien esquiva los controles y contrapesos propios de las democracias liberales. Sánchez ignora la ausencia de mayoría estable en el Parlamento y confronta exitosamente con los jueces. Y aquellos socios que, con entusiasmo, desalojaron al PP en una moción de censura, transitan por la actual legislatura sin sentimiento alguno de responsabilidad por lo que ocurre. Solo interesa la cuenta de resultados, y les va bien.