Aquí estamos de paso

El teatrillo

Todo es mentira, todo es una representación en la que se trata de aparentar que hay tira y afloja

Celebran alborozados los actores y su público el acuerdo entre Sumar y el Psoe para formar gobierno. Todavía no está Sánchez en condiciones de hacerlo, y en Sumar hay quien aún mantiene el gesto torcido, como Podemos, pero dan por seguro que habrá gobierno «progresista». Claro que sí. Y no lo dude usted. Están en lo de la representación, en el paripé previsible y colorista, pero anda ya todo encarrilado y habrá nuevo ejecutivo con el apoyo de Puigdemont y su partido, que en breve pasarán a engrosar la lista de formaciones democráticas, abiertas, tolerantes, de diálogo y,por tanto, progresistas. Cosas de la política, la derecha catalana excluyente y supremacista, en el mismo barco y bajo la misma bandera que la izquierda internacionalista o sus más cercanos adversarios del republicanismo también de izquierdas. Todo en aras de un fin común y un bien propio: el gobierno de Pedro Sánchez.

En las próximas semanas iremos asistiendo a más celebraciones, a nuevas exhibiciones de alborozo, envueltas en ropajes de supuesta responsabilidad. El Psoe de Sánchez, como gran aglutinador de partidos y partidillos de izquierda, o nacionalistas o independentistas que confluyen en un gobierno para los ciudadanos de España que, como todo el mundo puede comprobar, es su primera y principal preocupación y su objetivo, España y su progreso. Luego cada cual venderá en casa que le sacan los hígados al centralista, pero no son más que palabras huecas para aliviar las ronchas que entre los suyos esto despierte. Si el guion de venta al público dice que Bildu y Junts piensan en el avance de España, pues oye, a repetirlo machaconamente y ya está. Que la ciudadanía es muy boba y se lo traga todo.

Como lo de las dificultades para el acuerdo con Sumar, o con el PNV o con Bildu…o con Puigdemont. Ya he escrito aquí y lo reitero, que el otrora exiliado y hoy hombre de Estado que huyó en el maletero de un coche, no va a desaprovechar la oportunidad de volver limpio a casa. Y harán como que todo es complicado, pero finalmente acordarán. Porque si no lo hacen es posible que haya elecciones de nuevo y hasta podría ganarlas la derecha, con lo cual, adiós al sueño de volver a casa libre y sin pecado. Y si Sánchez quiere seguir gobernando más aún quiere Puigdemont librarse del pegajoso peso de la ley.

Todo es mentira, todo es una representación en la que se trata de aparentar que hay tira y afloja, que se consiguen logros, que se avanza con dificultad para que parezca que se ejerce una responsabilidad de gestión pública que aquí no tiene más sentido y razón que una suerte de inconfesados pero evidentes intereses personales.

Con todo, hay que reconocer que el guion, torpe y hasta bufo, cuenta con algunas aportaciones dignas de atención. O mejor dicho, con una que habrá que seguir. Por lo visto Sumar ha «impuesto» el estudio de la reducción de la jornada laboral. Sorprendentemente, hay algo de política, algo de atención a necesidades o debate social, en medio de esta función teatral de la formación de gobierno.

Bienvenido sea el debate. Necesario que alguien lo plantee. Alentador que sea parte de un compromiso. Se puede estar o no de acuerdo con esa reducción, pero la discusión es pertinente y muy de este tiempo. Bienvenido sea, y con atención se reciba.

No deja de ser desalentador lo del teatro, pero al menos hay pasajes interesantes.