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“El respaldo del Papa a las uniones homosexuales marca un antes y un después en la Iglesia Católica”

La comunidad LGTBIQ+ acoge entusiasmada las palabras de Francisco. “Me he pegado atracones a llorar cuando veía que un obispo o un Papa, decía barbaridades de nosotros", reconoce Jordi Valls

Jordi Valls, miembro de la comunidad gay católica de España
Jordi Valls, miembro de la comunidad gay católica de EspañaLa RazónLa Razón

El Papa Francisco lo ha vuelto a hacer. Una nueva revolución que hace tambalear los vetustos resortes de una institución que con él se abre a las nuevas realidades sociales. Su abierto respaldo a las uniones civiles entre homosexuales abre un debate que hasta ahora estaba vetado en el seno de la Iglesia.

"Lo que debemos crear es una ley sobre las uniones civiles. De este modo, los homosexuales tendrían una cobertura legal. Son hijos de Dios, tienen el derecho a una familia. Nadie debe ser excluido o sentirse infeliz por ello”, ha asegurado el Pontífice en un documental que ha sido presentado hoy en la Fiesta del Cine de Roma.

Sus palabras han sido acogidas entre lágrimas de emoción entre la comunidad católica LGTBIQ+, que no podían creer lo que estaban escuchando después de décadas de lucha por la igualdad y el reconocimiento en el seno de la iglesia.

Uno de ellos es Jordi Valls, de 63 años, quien afirma que “esto supone un paso adelante indudable para los homosexuales católicos, es una revolución en el seno de la Iglesia Católica”.

Durante años, esta comunidad ha sido dejada a un lado, “no por los párrocos, sino por los altos cargos de la Iglesia. Francisco ya había dado muestra de su respaldo, por ejemplo, con declaración pública en la que afirmaba que quién era él para juzgar a un homosexual, una persona que es hija de Dios como cualquier otra. También recibió a un transexual a su mujer. Fueron pasos importantes, pero éste, sin duda, va más allá”, añade Valls.

Según recoge la comunidad LGTBIQ+, “ya era hora de dejar de hacernos la vida imposible”, porque ellos, pese a las trabas con las que se han encontrado a lo largo de su vida, seguían viviendo su fe con fortaleza y siempre buscando el modo de hacerse respetar en el seno de una religión que no les miraba como iguales.

“Estas declaraciones del Papa marcan la postura oficial del Vaticano, cambia, gira por completo lo establecido hasta ahora y enmienda la plana a sus antecesores y a todos los obispos que siempre se han opuesto a la unión civil de homosexuales. Es un hecho insólito e importantísimo”, subraya Valls, que preside ACGIL, la Asociación Cristiana de Lesbianas, Gays, Tansexuales y Bisexuales.

Enmendar la plana a los obispos

Una lucha en la que él lleva años involucrado y ha sido testigo de “cómo se cortaba la cabeza de cualquier religioso que se saliera del discurso oficial”. Por eso, Valls, no duda en reconocer que “me he pegado atracones a llorar cuando veía que un obispo o un Papa, decía barbaridades de nosotros. Sin embargo, sí he comprobado a lo largo de mi vida que en las parroquias había un aperturismo en este sentido que no se daba en las altas esferas”.

Por eso, tanteó otras iglesias como la protestante, donde se permite desde hace años, bendecir uniones del mismo sexo y se ordenan pastores abiertamente homosexuales.

“Y son tan cristianas como la católica, por eso no entendía por qué nosotros íbamos siempre un paso por detrás. Decían que los homosexuales estábamos fuera del plan de Dios, y que ahora Francisco reconozca públicamente que tenemos derecho a formar familias es emocionante. Busqué un lugar en el que me aceptaran, me respetasen y valorasen. Pero luego pensé, esta es mi casa y de aquí no me va a echar nadie".

Es más, tras el paso dado por el Pontífice, aventura que “dentro de unos años podremos ver, incluso, bendiciones homosexuales dentro del catolicismo, lo único que no sé si llegaré a verlo. Me encantaría”.

Para Valls, si el Evangelio, “donde solo hay amor incondicional”, fuera el faro que iluminara el camino de los pontífices, “las cosas habrían sido diferentes, pero hemos tenido que esperar a que llegara este Papa para constatarlo. Solo algunos religiosos como el padre Ángel se habían mostrado abiertos a incluirnos como iguales en el seno de la Iglesia. Recuerdo que en ocasiones ha dicho: “Si puedo bendecir a los animales por San Antonio, porque no puedo hacerlo con una pareja que se quiere, independientemente de su orientación sexual”. Esas palabras son las que nos animaban a seguir adelante".

Este activista catalán está convencido de que éste es solo el inicio de un acercamiento del Vaticano a unos fieles que durante toda su historia dejaron al margen. Unos creyentes que siempre han querido sentirse parte de una comunidad que les daba de lado. Corren nuevos tiempo y parece que Francisco está dispuesto a llevar su revolución donde haga falta por abrir la Iglesias a “todos los hijos de Dios”.